El enfermero Cristian Atencio volvía con un paciente en la ambulancia del microhospital de Albardón cuando se topó con una escena que los obligó a parar la marcha.
En medio de la calle Rawson, unos 300 metros al Este de La Paz y el centro sanitario, un hombre yacía en el asfalto, sin reacción. Cristian cumplió el protocolo: pidió la presencia de un médico e intentó hacer lo que pudo, pero entonces su sorpresa sería doble: el herido, que llevaba puesto su casco, era su vecino en el barrio Kirchner, Adrián González (42). La otra sorpresa fue quedarse con la sensación íntima de que ya nada se podía hacer para salvar su vida.
Y así fue. Los médicos que llegaron luego constataron el fallecimiento de González, y entonces empezaron a abrirse un montón de interrogantes, porque en la calle no había marcas de frenadas bruscas o huellas de alguna maniobra para intentar esquivar algún obstáculo.
Minutos después, los policías de Albardón llegaban a la clara conclusión de que González circulaba hacia el Este por Rawson y que, como iba, se cruzó de carril hasta que su marcha en su moto Appia 150cc. fue detenida violentamente por un eucalipto.
“Llevaba el casco puesto, pero parece que se desnucó. Es probable que sufriera alguna descompensación, no podemos descartar nada”, dijeron desde la seccional.
Todo pasó alrededor de las 6 horas. Y, según los vecinos de la víctima, González viajaba hacia la casa de su madre a buscar una herramientas para luego seguir viaje a una obra en la que realizaba trabajos de albañilería.
González tenía tres chicos adolescentes y era alguien conocido, querido. Cuando su señora supo la trágica consecuencia del impacto contra el árbol, sufrió una crisis nerviosa y por un rato quedó en el microhospital recibiendo atención.
Las pericias en la moto (que apenas sufrió daños) y la autopsia en el cuerpo del albañil, serán clave para determinar las circunstancias precisas que terminaron en otro accidente mortal.

