Tres computadoras completas, un CPU y unos $2.000 que los empleados juntaban para solventar algún imprevisto. Según la policía, ese fue el botín que sustrajeron al menos dos delincuentes entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer de las oficinas centrales del Registro Civil, en calle Laprida, al Oeste de avenida Rioja, en pleno microcentro capitalino.

Lo llamativo es que los delincuentes actuaron sin ser detectados en una zona muy custodiada y, además, no forzaron el candado de la puerta por donde entraron al organismo. Una vez adentro, sí destrozaron las puertas de dos oficinas para sustraer los equipos y el dinero, dijeron en la policía.

Anoche, los investigadores analizaban si alguna de las cámaras de vigilancia que hay en la ciudad, captó algún movimiento sospechoso. La sospecha de la policía es que al menos dos ladrones ingresaron al organismo entre la noche del jueves y las 4 de ayer (a esa hora ya hay gente haciendo cola). Y que, posiblemente, contaron con el apoyo de un vehículo para escapar con los aparatos de la sede del Registro Civil, un lugar que no tiene alarma, ni cámaras de seguridad ni sereno.

María del Carmen Vega, la directora del Registro Civil, explicó que las computadoras sustraídas estaban en dos oficinas que tiene el organismo en la planta alta y contenían información de resoluciones administrativas, de compras, trabajos y que el CPU era utilizado para mantener comunicación con la casa central y con los registros de otras provincias. Y aclaró que a pesar del daño, no se interrumpirá el funcionamiento del organismo.

En teoría, la zona del robo es muy vigilada y por eso no se explican cómo actuaron. Otro punto que resultaba extraño para los pesquisas, es que los ladrones no forzaron el candado de la puerta por donde ingresaron. ‘Tal vez fue un descuido y alguien la dejó abierta. O alguien contaba con las llaves del candado’, especuló un jefe policial. ‘Es un hecho dañino y el primero que sufrimos en 40 años’, dijo Vega.