San Juan, 15 de julio.- Mientras lloraban a Jorge Moreno en su velorio, los familiares intentaban consolar a su esposa, Pamela Carrizo, quien gritaba por su dolor. En medio de esa situación, empezaron a escuchar y ver informaciones que vinculaban justamente a esa mujer con el crimen. Hasta que la Policía llegó y la detuvo en medio de la sala velatoria. Eso relató Marcela López, tía del hombre asesinado. Aseguró que la mujer era un “desastre” con sus hijos y la definió como: “Una caradura, no tiene perdón de Dios”.
“Estamos destruidos, nos han destruido la familia. Creíamos que era un robo común, nunca nos imaginamos una cosa así”, contó Marcela sobre el final de su sobrino, a Radio Sarmiento.
La mujer comentó que en medio del velorio se enteraron de que la esposa del minero había declarado que “había un amante de por medio y que ese amante lo había matado en complicidad con ella”. Y agregó que “ella estaba velando a su esposo haciéndose la mártir, llorando desmayándose. Gritando: ‘Por qué te fuiste, mi amor. Por qué me dejaste, no te tenías que morir’. Y ella fue quien lo dejó morir”.
Según los familiares, la esposa de Moreno no llamó a tiempo a la ambulancia ni a ellos. Sino a su propio padre y a otras personas cercanas para que “la ayudaran a tapar todo lo que habían hecho”. “Los médicos no pudieron hacer nada. Se encontraron con un hombre desangrado. Jorgito había dejado toda su sangre en el sillón de su casa”, aseguró la mujer.
Los detalles de la familia
En cuanto a la supuesta infidelidad de Pamela, Marcela contó que la familia de Jorge no estaba al tanto. “Jorge la adoraba y nunca iba a hablar mal de ella”. Y aseguró lo que sí sabían es que es “un desastre. Alocada, descuidada con la casa, con la higiene de los niños”.
Marcela contó que, cuando Jorge estaba trabajando, su mujer se levantaba al mediodía para salir a comprar y hacer la comida. Por eso, muchas veces su hijo mayor se iba a la escuela sin comer. “Después, andaba en la calle todo el día. A los chicos los cuidaban los abuelos”, afirmó.
Por otra parte, la mujer dijo que “los niños –de 4 y 8 años- están con nosotros ahora. Ellos vieron cómo mataron a su papá. Cómo se desangraba. Es terrible”.
A la vez, aseguró: “si la tuviera enfrente le diría que es una caradura. Que ha estado llorando, haciéndonos creer que le dolía que Jorgito estuviera muerto. Es una caradura que no tiene perdón de Dios. Y que así no haya sido ella la que disparó, en su conciencia no va a tener paz. Si no hace justicia el hombre la hará Dios”.

