El plan era matar al rival, con un modo de ejecución preciso: llamar su atención, alejarlo de sus amigos y agotar sus vías de escape; así uno se pondría detrás y el otro atacaría de frente. La madrugada del 22 de diciembre de 2013, en la Villa 17 de Agosto, Rawson, los primeros trazos de esa maniobra se ajustaron a la previsión, porque Matías Alexander ‘Pura’ Zúñiga (19 años) dejó a sus amigos y fue a donde lo llamaban esos dos sujetos que llegaron provocándolo. Porque Néstor Ramón ‘Bebe’ Benegas (21) su rival directo en la disputa (entonces se habló de polleras) logró colocarse detrás del ‘Pura’ mientras su cómplice, Oscar Ariel ‘Pajarito’ Alvarez, sacaba un arma y atacaba de frente. Pero entonces se produjo una variable que no había entrado en los cálculos de los homicidas: Alvarez disparó directo a la cabeza de Zúñiga y por poco logra su cometido, pues la víctima alcanzó a esquivarla (le rozó el rostro). Pero el proyectil tendría un destino homicida, ya que se clavó directo en la sien izquierda de su propio amigo, ubicado detrás del blanco a matar. Y lo sentenció a un trágico fin: dos días después, murió en el hospital Rawson.
Aquella madrugada Alvarez escondió el arma y se quedó con su amigo agonizante en sus brazos. Increíblemente, logró hacerles creer a los policías que otro había sido el asesino y había escapado. Se fue caminado a su casa y después a la de los familiares de la víctima, donde entregó el arma homicida. Ese mismo día quedó preso.
Ahora llegó a juicio pero acordó un proceso abreviado con el fiscal José Eduardo Mallea a través de su defensor oficial, Mario Vega. En ese acuerdo que será ofrecido al juez Eugenio Barbera (Sala III, Cámara Penal) acepta 9 años y 8 meses de cárcel por homicidio, tentativa de homicidio y portación ilegal de un arma.

