En 13 años, salir de la casa por cualquier razón, significó volver y encontrar todo en orden. Pero el domingo en la noche, una hora de ausencia para ir al hipermercado a comprar algo y de paso dar una vuelta, terminó con el resultado más indignante: un robo, por primera vez. Unos 4.000 pesos para pagar cuentas, las alianzas de matrimonio y otras joyas, dos celulares, una Play Station II, el decodificador para la televisión, un par de zapatos, otro de zapatillas y algunas camperas, fueron algunas de las cosas más importantes que faltaban en la casa, que a la hora del regreso lucía toda revuelta y la más nítida evidencia del ataque: una puerta de rejas y otra de chapa violentadas con una barreta. Marcia Guevara, la dueña de la casa, hasta tuvo que soportar un insulto del delincuente desde su propio celular cuando llamó para saber si por casualidad lo había olvidado en otro lugar.

En la casa del remisero Marcelo Rossi en la calle Espejo del barrio Portal de los Andes II, en Rivadavia, el golpe dejó no sólo bronca y angustia, también les quedó esa extraña sensación de casa contaminada que llevó a su esposa Marcia a rociar desinfectante en todos los ambientes y a cambiar todas sus sábanas.

¿Pero qué hacer para evitar nuevos ataques? Según Marcia, los ladrones se metieron por el portón a un costado de la cada y bien pudieron ser dos sujetos en moto que un vecino que lavaba afuera su camioneta, vio pasar varias veces por la calle con una mirada escrutadora. Y ayer pensaba que si hubiera tomado la precaución de avisarle que se iban por un rato (entre las 21 y las 22) el robo quizá no hubiera pasado.

Por eso mismo con ese vecino y otros más que sufrieron la lamentable experiencia, ya planeaban ayer armar una cadena de aviso y cuidado vecinal para darse una mano cada vez que alguno se ausente.

"Tal vez pongamos una alarma pero ya hemos quedado con otros vecinos en avisarnos para cuidarnos las casas entre nosotros. Hace 13 años que vivimos acá y nunca nos habían robado, pero lo que nos pasó ahora es muy feo y no queremos que nos pase nunca más", dijo ayer la mujer, acompañada de sus tres pequeños hijos.