Un preso acusado de homicidio fue atacado ayer por la mujer y el hijo de la víctima (testigos dicen que el joven usó una punta) a pesar del policía que lo custodiaba y a centímetros de uno de los jueces del tribunal de juicio. No hubo heridos tras ese episodio violento ocurrido ayer al mediodía en el pasillo principal de Tribunales, pero se generó tal revuelo entre los funcionarios judiciales que enseguida la fiscal del debate, Alicia Esquivel Puiggrós, pidió formalmente (hoy lo hará por escrito) al jefe de los fiscales, Eduardo Quattropani, peticionar a la Corte de Justicia urgentes soluciones al "problema" de la seguridad en el edificio, y principalmente en el control de armas, dijeron fuentes judiciales.

El clima hostil entre la familia de Ferreyra y el acusado de matarlo (era su amigo) porque supuestamente lo había "batido a la policía", había librado un primer roce tenso en pleno debate, cuando a Stella Maris Corzo, le pidieron señalar si en la sala de juicio estaba la persona que vio ejecutar los dos disparos que habían terminado con la vida de su pareja Rubén Raúl "El Angelito" Ferreyra (40) justo cuando ella dormía a su lado, la mañana del 10 de mayo del año pasado en la Villa Alonso, Chimbas. "Sí, es él, ¡¿por qué lo hiciste, por qué lo hiciste?!", exigió Corzo, con los ojos enrojecidos de ira y llanto. "Yo no hice nada", retrucó sin bajar la vista "El Cocó" Ezequiel Amado (21), juzgado también por robar a mano armada una moto al hijo de la víctima, Darío Corzo.

El asunto no pasó mayores y enseguida el médico forense, Alejandro Yesurón, se encargó de confirmar la sospecha de un ataque traicionero (desde atrás y cuando la víctima dormía) por la trayectoria de los disparos, uno que perforó el antebrazo izquierdo y rozó el abdomen y, el letal, que penetró por el hombro del mismo costado y atravesó el corazón. Parecía terminar la segunda audiencia del debate en la Sala II de la Cámara Penal, pero justo cuando se despejaba la sala sobrevino lo inesperado: Amado, esposado y custodiado por un policía, alcanzó a recibir un golpe de puño de Stella Maris Corzo a través de la custodia y a centímetros de uno los jueces del debate, Ernesto Kerman.

Entonces ese policía (que denunció el hecho), interpuso su cuerpo entre la agresora y el acusado, sujetándolo fuertemente porque suponía que era una escaramuza para que escapara. Pero al cruzar la puerta y salir al pasillo principal, un hijo de la víctima, en medio de insultos, intentó colar nuevos golpes a través del policía que seguía interponiéndose y llevó al preso rápido a los calabozos, mientras un superior tomaba al atacante y lo sacaba a la calle, y otros uniformados hacían lo mismo con el resto de los familiares.

Eran las 12 cuando el altercado terminaba con el preso y el agente con algunos golpes. Pero entonces el asunto cobró otra dimensión cuando empezó a circular la versión de que un hijo de la víctima (sería Darío Corzo) usó una punta en la agresión.

"No pasó nada pero este es un problema serio. Tomaron rehenes y hubo varios episodios similares a éste y todo sigue prácticamente lo mismo. Es hora de solucionar esto antes que maten a alguien", dijo un magistrado, molesto. La opinión fue compartida por otros jueces, fiscales y empleados del lugar.