El juicio contra 11 imputados por el crimen de Uma Calvo Carrizo, la beba asesinada de un tiro en la cabeza el 5 de enero de 2014 en el Bº Huarpes, Pocito, comienza a transitar el último tramo. Ayer, los jueces de la Sala I de la Cámara Penal realizaron la reconstrucción del hecho junto a la madre de la criatura, 2 testigos y 2 acusados en medio de un fuerte operativo policial que involucró a unos 70 efectivos. Fue porque, según fuentes judiciales, el lugar es conflictivo y también, por el rumor de una maniobra para conseguir la fuga de algunos imputados.
Las fuentes explicaron que la Policía montó ese operativo para evitar problemas con los vecinos y, en concreto, porque temían un intento de los parientes de los principales imputados, tres hermanos Reyes y los dos hijos de uno de ellos, para lograr que se fugaran. Ninguno de ellos fue trasladado hasta el lugar.
La reconstrucción comenzó con la declaración de Antonella Carrizo, la madre de la beba. Las fuentes informaron que la joven recordó que la tarde noche del 4 de enero pasado estaba sola, sentada y apoyada contra la pared de la entrada de su casa en la manzana H, dándole de mamar a Uma. Y en ese momento vio aparecer enfrente a Mauricio Reyes, Fabián Reyes, Eduardo Castillo, Gabriel Quiroga, Marcelo Paéz y un sujeto apodado ‘Chaca’, hermano de este último y aún prófugo, quienes comenzaron a disparar a mansalva contra su casa. La joven agregó que corrió por el pasillo hacia el fondo y en ese sector vio disparando a Sergio Reyes y a sus hijos, Rolando y Claudio Díaz. Después huyó por los fondos de las casas vecinas (en aquel momento no había medianeras) y cuando salió a la vereda para pedirle auxilio a un enfermero vecino descubrió que su hija estaba herida. Dos testigos apoyaron sus dichos.
Por otro lado, Marcelo ‘Veneno’ Páez le dijo a los jueces que él fue hasta el lugar, pero se asustó y salió corriendo. Otro de los imputados no declaró porque amenazó desde el patrullero a los testigos, informaron fuentes judiciales.