El círculo de sospechosos de participar en la balacera que acabó con la vida de la pequeña Uma Calvo Carrizo (3 meses) el pasado 5 de enero en el barrio Huarpe, Pocito, sumó ayer otros dos detenidos: Claudio (18) y Javi (16) Díaz se entregaron en Tribunales acompañados de su abogado César Jofré y policías de la Brigada Sur. Ambos son hijos del también buscado Sergio ‘Checho’ Reyes y hermanos de Roly Díaz. Este último sujeto había sido baleado en un brazo, al parecer por un pariente de Uma, y por esa razón fue que aquella noche una banda de al menos 10 sujetos en motos llegaron y tirotearon la casa de los padres de la beba (usada en vano como escudo), donde se refugió el sujeto al que buscaban. En la Policía también aseguran que ese tiroteo fue parte de un viejo cruce de dos bandos, por drogas.

Así, ya son siete los detenidos del grupo de los Reyes-Díaz, señalados como partícipes del homicidio: Eduardo ‘Chupa’ Castillo Morales (20), Gabriel Ramiro ‘Bibi’ Quiroga (30), Juan Carlos ‘Carloncho’ Falcón y Nelson Javier Núñez (31), supuesto encubridor.

El martes, policías de la Brigada Sur habían detenido a Néstor Fabián ‘Púa’ Reyes (33), quien ayer declaró ante el juez Maximiliano Blejman. Según su defensor, César Jofré, Reyes negó cualquier relación con ese hecho y aportó los nombres de tres personas para probar que el día y a la hora del crimen estaba en otra parte, haciendo otra cosa.

Del lado del supuesto bando rival están presos el propio padre de la nena asesinada, Nery Calvo, y su compadre Franco Fernando Bustos (21) quien cayó el martes en su casa del barrio Huarpe con dos revólveres y tres puntas. A ambos los investigan por los delitos en casas de los Reyes-Díaz (daños, saqueos, incendios) cometidos en venganza por el crimen.

Según fuentes judiciales, mientras no se pruebe quién fue realmente el que empuñó el arma con la que mataron a la pequeña Uma, el juez Blejman atribuirá el delito de homicidio a todos los que están señalados como partícipes de la balacera.

Por eso, los investigadores esperan que alguno de los detenidos se quiebre y apunte contra el verdadero criminal. O que entre todos armen una estrategia para desligarse o involucrar a alguien más.

También esperan que entre hoy o mañana, se entregue al menos otro de los sujetos buscados por el trágico ajuste.