Siete perdigones en la rodilla derecha, uno más sobre el muslo de esa extremidad. Otro que al parecer se coló por la articulación en la rodilla izquierda. Cinco en el costado derecho del pecho, tres más en el brazo del mismo lado. Uno en el hombro y otro en el brazo izquierdos. Todas esas heridas, 19 en total, enumeró ayer Daniel Moreno (27 años, empleado textil, padre de un chico) en su casa del barrio Costa Canal I, en Concepción, Capital, con bastante molestia ya que, según explicó, él y otro amigo también alcanzado por los perdigones fueron las víctimas equivocadas de un ajuste de cuentas.
"Eran dos, se bajaron de una moto y tiraron dos escopetazos al toque a donde estaba yo con tres amigos tomando una coca, a 8 o 9 metros. Fue un ajuste de cuentas como dicen pero se equivocaron, se confundieron por el oscuro. Esos pibes son de otro lugar y venían a buscar a otros en este barrio con los que tuvieron varios cruces. Cuando dispararon salí corriendo y me metí a una casa, pero no sólo a mí me dieron, también hirieron a Gonzalo (no reveló el apellido), uno de mis amigos. Dentro de todo fue una desgracia con suerte porque nos podrían haber hecho algo peor, pero no pueden hacer eso acá, había muchos niños", dijo ayer Moreno, molesto.
Todo pasó alrededor de la 1 de ayer sobre calle Rogelio Cerdera, unos 200 metros al Oeste del cruce con ruta 40. Según Moreno, a esa hora dos jóvenes bajaron de una moto que dejaron en la avenida Benavídez, cruzaron el puente del canal homónimo y dispararon en dos ocasiones con una escopeta (descartó el uso de una "tumbera") al grupo donde él estaba, antes de huir en la moto.
"Deben parar la mano porque así no se puede vivir. Nosotros somos gente de trabajo y no podemos vivir encerrados porque ellos andan por la calle ajustando cuentas con gente que nada que ver", dijo Graciela Díaz, madre de Moreno, también indignada.
"¿Qué tenemos que hacer nosotros con algo así? ¿hacernos los justicieros? ¿cómo combatimos esto? porque acá siempre pasa lo mismo, hay un despliegue policial y se actúa en el momento pero luego todo se olvida", disparó a su vez Gastón, un cuñado de Moreno, que ayer prometió llegar a la seccional 2da. con su denuncia.
En esa sede policial aseguraron que esperaban la denuncia de Moreno y del otro joven (anoche no estaban puestas, dijeron), para tratar de dar con los autores de ese sorpresivo y violento ataque, que estuvo al borde de tener otro final.