Los maquinistas dicen que venían tocando bocina y, por el contrario, el chofer del camión afirma que no escuchó nada. De lo que están todos seguros es que ahí no hay barreras, y que ninguno frenó o lo hicieron tarde, y en cuestión de segundos ese camionero pasó el susto de su vida al ver que se le venía encima un tren con 33 vagones. "Solo pensé en sacar la cabina de las vías, o si no quedaba debajo", diría después el chofer Alberto Frías, que logró salvarse, aunque su vehículo cargado de uva fue arrastrado, dado vuelta y destrozado por el convoy en el cruce del ferrocarril y calle 4, en 25 de Mayo.

Lo que pasó ayer en la madrugada en villa Santa Rosa no fue una novedad. No es la primera vez que el tren de la empresa América Latina Logística embiste a algún vehículo en los cruces sin barreras de ese departamento. El 29 de mayo del 2005, cerca de calle 4, le tocó a un camión Mercedes Benz 1114. El 9 de febrero del 2008, el tren llevó por delante a un auto Renault 12 con cuatro jóvenes en calle 5. Después, el 25 de octubre del mismo año, otro auto fue arrollado en Divisoria y ruta 270.

En ninguno de aquellos accidentes hubo muertos, pero todos fueron igual de violentos que el registrado ayer a las 1.20 de la madrugada. Alberto Frías (64) circulaba al Este por calle 4 en un camión Fiat Iveco con 24 toneladas de uva tinta, procedente del poblado riojano de Chilecito y con destino a Mendoza.

Según su relato, al llegar al cruce del ferrocarril -a metros de ruta 270 y frente al Bº Algarrobo Verde- no escuchó la bocina del tren, de modo que intentó atravesar la vía. Existe un solo cartel de "Pare", pero de poco sirvió. "Vi un auto que venía de frente y se frenó, pero jamás escuché la bocina del tren. Cuando ya iba cruzando, vi al tren, pero ya lo tenía encima". Era la máquina de América Latina Logística, guiada por Juan Luis Caballero (46) y Gabriel Lima (54), que traían desde Albardón 33 vagones repletos con piedras calizas rumbo a Sarmiento. Esos maquinistas dijeron a la policía que tocaron la bocina.

"Sólo pensé en sacar la cabina de la vía, o si no quedaba debajo del tren y era otra la historia. Por suerte alcancé a adelantar un poco el camión, pero me agarró en el medio", explicó Frías. La máquina golpeó tan fuerte al acoplado, que lo llevó empujando por varios metros hasta que tumbó a todo el camión. El chofer, después salió sorprendido y asustado de la cabina, prácticamente ileso.