’Estábamos en un cumpleaños y mi hijo y este pibe se pelearon afuera. Los separamos, pero al rato el otro se fue a su casa a buscar un cuchillo y le dio dos puntazos en el cuello a mi hijo. Encima se los dio de atrás, a traición’. Indignado, eso decía ayer Carlos Chirino sobre los hechos previos que terminaron por costarle la vida a su hijo mayor, de 14 años, tras protagonizar una pelea con un adolescente cerca de su vivienda en el barrio Tránsito de Oro, Chimbas. La versión policial es que tanto la víctima como el presunto agresor habían estado tomando y de un momento para el otro se desconocieron y comenzaron a pelear ante la mirada de otras personas. En esa pelea, el adolescente acuchilló al niño y minutos después, sus familiares lo llevaron gravemente herido al hospital Marcial Quiroga, donde finalmente falleció.

Lejos de que la violencia cesara en ese conflictivo barrio, familiares del niño fallecido y otros vecinos fueron después hasta la casa del presunto autor, la saquearon y por último la incendiaron. En el medio, hubo enfrentamientos con la Policía y la familia del sospechoso detenido tuvo que ser retirada por los efectivos a otro lugar por seguridad, indicaron fuentes policiales.
Todo comenzó en los primeros minutos de ayer cuando Carlos Chirino y su hijo Maximiliano Alexander (14) participaban en el cumpleaños de un vecino. Las horas y los tragos pasaron y en medio de la celebración los jóvenes se agarraron a las trompadas. Aparentemente, entre ambos había viejas rencillas y ayer esas disputas tuvieron su punto límite, señalaron fuentes policiales. No obstante, había otra versión que indicaba que el adolescente le quiso quitar al niño un celular que tenía porque era parecido a uno que había perdido hace un tiempo.

Lo concreto es que Maximiliano y el otro muchacho de 17 años se pelearon en la puerta del cumpleaños y Chirino -dijo- intervino con otro vecino para separarlos. Hasta ahí había sido una pelea más, pero el problema entre los dos jóvenes estaba lejos de terminar.
Según el padre del fallecido, el joven fue hasta su casa, sacó un cuchillo y regresó al cumpleaños buscando venganza. ’Estaba adentro de la fiesta y me dijeron que el pibe vino a buscarlo a mi hijo. No le hizo nada de frente, dejó que Maxi caminara delante de él y de atrás le clavó dos cuchillazos en el cuello. Cuando salí a la calle, era demasiado tarde, no pude hacer nada’, se lamentó Chirino.

El niño recibió un puntazo en el costado derecho y otro adelante, en la parte central del cuello, que lo dejó muy malherido, indicaron en la Policía. Pero a pesar de esas graves lesiones, el chico herido salió corriendo hacia su casa ubicada en la manzana B y se desplomó en la esquina.

Minutos después, Chirino llegó a donde estaba tirado su hijo y ante la demora de la ambulancia, le pidió a un vecino que los llevara hasta el hospital Marcial Quiroga, comentó el hombre. El esfuerzo fue en vano: el chico murió a los pocos minutos en ese centro de salud.

Tras la muerte del menor, el barrio Tránsito de Oro fue escenario de más violencia. Carlos Chirino comentó que junto a otros familiares y vecinos fueron hasta la casa del presunto asesino en la manzana C y comenzaron a apedrearla, luego ingresaron y le prendieron fuego. En medio de ese conflicto, los efectivos de la Comisaría 17ma localizaron al sospechoso y lo detuvieron, aunque no pudieron secuestrar el arma homicida, señalaron en la Policía. Además, tuvieron que pedir apoyo a otras divisiones de la Fuerza para poder trasladar a los familiares del joven apresado en medio de la furia vecinal.