Parece increíble pero es una realidad contundente: la propia Policía, la fuerza dedicada a prevenir y combatir ilícitos, es también blanco de la arremetida de los delincuentes. Una muestra de esos osados ataques en las narices de los uniformados, ocurrió en la Seccional 26ta, apostada en el barrio Los Tamarindos, en Chimbas. Y fue su propio jefe, el comisario Erik Omar Zeballos, quien denunció en Robos y Hurtos que los ladrones habían roto la malla metálica que rodea gran parte del predio de esa sede policial, para sustraer partes de 8 de las motos que están en depósito, vinculadas a distintas causas penales y contravencionales, dijeron ayer fuentes policiales y judiciales.

El mismo jefe policial también dejó otra constancia sorprendente: la falta de solución a su pedido concreto de realizar un cierre perimetral más seguro (con material) pues los costados Este (por donde ingresaron a robar) y Sur, están delimitados por una malla metálica olímpica, y por ambos laterales hay pasillos del barrio con libre circulación de gente.

‘Al observar estos lugares vulnerables es que se solicitó con anterioridad el cierre perimetral con material que imposibilite tanto la observación como el ingreso al interior sin que hasta la fecha se haya logrado el mismo’, afirma Zeballos en su declaración en la Central de Policía.

El hecho trascendió ayer pero se denunció el pasado 28 de mayo. Una versión no confirmada afirma que los robos se descubrieron cuando uno de los propietarios de una moto, llegó a recuperarla y se topó con que le faltaban partes.

Sin embargo, oficialmente, se dejó expresa constancia de que todo se descubrió a las 11.20 del día previo, es decir el 27 de mayo, cuando hacían una recorrida y detectaron dos agujeros (uno de unos 50 cm y otro de unos 70 cm) en la parte noreste de la malla metálica.

Lo más grave fue confirmar los robos. Según el relato de Zeballos, todo estuvo normal hasta el 21 de mayo cuando el oficial a cargo del depósito judicial, realizó un relevamiento de los vehículos secuestrados y del predio mismo, ‘sin novedad’.

Aquel 27 de mayo, sin embargo la realidad fue muy distinta: habían robado las dos ruedas, todo el frente y el tablero de una Yamaha 125cc, las dos ruedas de una Gilera 150cc, la batería de una Zanella 150cc, el tablero de una Appia 150cc, y las ruedas traseras de una Brava 110cc, una Honda 110cc, una Zanella CB 110cc y una Okinoi 110cc, precisaron las fuentes.