Los dos jóvenes que estaban arrestados junto al principal sospechoso por el brutal asesinato de Néstor Moreno, serían los que lo masacraron a golpes y puntazos. La revelación vino de boca de Nelson Chaparro, quien declaró ayer por la tarde en la Policía que sus amigos y excompañeros de trabajo le confesaron en el mismo calabozo que ellos habían matado al ganadero que apareció muerto el jueves último dentro de su auto en el fondo de un barranco, a 1 km de Pedernal, en Sarmiento. En su declaración dejó instalada la hipótesis que habría sido una venganza a raíz de que ambos fueron echados de la finca por la denuncia que les hizo la víctima hace un mes por el robo de dos caballos.
Así, Eduardo Pedro Bautista Jiménez (23) y Andrés Alejandro Rosselot Flores (19), que estaban como simples arrestados pasaron a estar en el centro de las sospechas en la investigación que lleva adelante el juez Maximiliano Blejman con los policías de la Seccional 8va, al mando del subcomisario José Galván, y la Brigada Sur. No trascendieron los detalles de la declaración que dio Chaparro (53), con el asesoramiento de un abogado, pero su versión encaja: la autopsia reveló que Néstor Onofre Moreno (52) fue atacado por al menos 2 personas y que usaron dos armas blancas con las que le causaron 13 heridas de importancia. Justo ese mismo día, en horas de la mañana, los dos jóvenes habían sido despedidos de la finca donde trabajaban junto a Chaparro.
Una alta fuente judicial reveló que el examen forense de la doctora María Vázquez indicó que Moreno tenía 2 grandes heridas contusocortantes que fueron mortales, causadas posiblemente con un hierro con filo o un machete (primero se dijo un hacha), y que le afectaron el costado izquierdo del cuello hasta la base del cráneo, incluso uno le partió la oreja izquierda. También presentaba 4 heridas de cuchillo en el rostro y otras 5 en el cuero cabelludo. Tenía un puntazo en la mano derecha y otro en la izquierda, señal de que se defendió, y numerosas excoriaciones (no llegaron a ser cortes ni puntazos) en la espalda, abdomen y pecho producto de la pelea y el arrastre, según los datos.
La sospecha del juez Blejman es que el crimen fue premeditado, que Moreno fue seguido y lo emboscaron estando solo. Fue visto por última vez el miércoles a eso de las 22.30 luego de que salió en su auto Renault Megane diciendo que iba a la ruta 153, hasta cerca del dique Las Crucecitas, para tener señal y hablar por celular. La autopsia indica que lo asesinaron alrededor de las 23. La víctima pesaba 120 kg y medía más de 1,80 m de altura, por eso le dieron numerosos puntazos en los momentos que luchó.
La sospecha primero recayó sobre Chaparro porque hace un mes Moreno lo denunció a él, a Jiménez y a Rosselot por el robo de caballos. Además, se hablaba que la víctima tuvo un romance con su mujer. Ahora bien, la versión que dio ayer Chaparro acusando a sus dos amigos también apunta a intentar despegarse, pero falta saber qué dirán ellos.

