La Policía detuvo al principal sospechoso por el asesinato del puestero del paraje San Roque, en 25 de Mayo, cuyo cuerpo fue hallado con dos puñaladas el domingo último. Es otro pequeño ganadero de esa zona del departamento que sería la última persona que estuvo con la víctima y que supuestamente fue a verlo por un negocio, que extrañamente nunca concretaron.

Las pistas que trabajan los uniformados de la Seccional 32da, al mando del comisario inspector Alberto Morales, parecen tener asidero a partir de dos testimonios que siembran sospechas y sitúan al detenido Jerónimo ‘Chacho’ Castro (61) en la escena del crimen de Roque Mariño (76), en ese rancho a 3 kilómetros al Sur de ruta 20 y al Oeste de El Encón, indicó la Policía. Ambos se conocían, aunque Castro tiene su puesto de cabras en Camarico.

Un sobrino de la víctima declaró en la Policía que su tío le había comentado que el sábado esperaba la visita de Castro para cerrar un posible negocio que acordaron de palabra: Mariño le entregaría una carretela que tenía y a cambio el otro hombre le pagaría con un caballo, explicaron en la Policía. Un vecino también testificó que ese día, al mediodía, pasó por el puesto Mariño y vio a éste en compañía de Castro charlando sentados alrededor de la mesa de la galería de su rancho. Los investigadores creen que ahí está la clave de todo.

El domingo a la mañana, dos amigos de Mariño lo encontraron muerto a pocos metros de la mesa. Después descubrieron que tenía dos cuchillazos por la espalda: uno fue a la altura del omóplato izquierdo y otro en el cuello. Un jefe policial afirmó que la muerte se produjo entre las 12 y 17 del sábado. Curiosamente, no faltaba nada en la casa, si hasta encontraron algo 10.000 pesos que la víctima guardaba en un ropero y sus facones de plata. Eso lleva a suponer que el móvil del asesinato no fue un robo, sino un ataque por venganza o como consecuencia de una pelea. Casualmente, el cadáver mostraba signos de que la víctima enfrentó a su agresor. Lo que llamó la atención es que un caballo de Castro apareció en el puesto del fallecido. La sospecha policial es que Castro fue a hacer el negocio con Mariño, pero a éste no le convenció y rechazó la oferta, lo que posiblemente derivó en una reacción violenta del otro. Falta demostrarlo porque no hay pruebas concretas. Castro fue buscado en el campo y al final lo detuvieron en su casa de La Chimbera, quedando imputado del delito de homicidio.