Claudia Flores y su marido Jorge Fernández junto a su abogado, Ismael Hidalgo (izquierda). La mujer denunció que fue estafada en $750.000.

El escribano Carlos Yossa y el agente inmobiliario Víctor Aguilera están siendo investigados por la Justicia luego de que una mujer denunciara que la estafaron con la compra de una casa que nunca pudo habitar. También está en la mira el dueño de esa vivienda, Mario Aguilera. Los tres serán llamados a indagatoria por el juez Pablo Flores, titular del Segundo Juzgado de Instrucción, indicaron fuentes judiciales, sospechados de chantajear en $750.000 a la pocitana Claudia Flores (50).

Todo comenzó en julio del año pasado, cuando la señora obtuvo una gran cantidad de dinero luego de vender una parte de un terreno que heredó de su padre. Según contó, para realizar esa transacción contactó a Yossa y, como la operación salió como esperaba, a él mismo le manifestó su deseo de adquirir una vivienda con esa plata que había cobrado. Lo que nunca se imaginó fue que ese sueño de la casa propia luego de una vida pagando alquileres iba a terminar en pesadilla.

Después de pasar varios días buscando una vivienda acorde a sus necesidades y bolsillo, dieron con una que estaba a la venta en el barrio Buenaventura Luna, en Rawson. Flores y su marido Jorge Fernández (60), consideraron que se ajustaba a lo que buscaban y le dieron el OK a Yossa para que oficie en la operación, dijo la mujer. "El escribano fue el que habló con el agente inmobiliario y también se encargó de chequear que la casa estuviese en condiciones de ser vendida. Fue al IPV y nos dijo que nos quedáramos tranquilos porque estaba todo en orden", sostuvo. Así las cosas, las partes llegaron a un acuerdo y en los primeros días de agosto Flores entregó una seña de $250.000 y a la semana canceló los $500.000 restantes. Mario Aguilera le entregó la llave y el matrimonio parecía que había cumplido su gran sueño. Pero el problema llegó al día siguiente, cuando por la mañana llegaron con un albañil para hacerle algunos arreglos. Según su relato, cuando quisieron entrar no pudieron porque estaba "usurpada" por 12 personas, hijos y nietos del hombre al que se la acababan de comprar. "Esta casa no es suya, es de nosotros. Ese hombre nunca la tendría que haber vendido sin nuestro consentimiento. A ustedes los han estafado", les dijo un hijo de Mario Aguilera.

"Nos volvimos locos. Nos vendieron algo que no se podía vender. Es una casa que está fuera de comercio, que no se puede negociar. Ellos nos decían que el escribano y el agente inmobiliario sabían lo que estaban haciendo y que esto iba a pasar", dijo Fernández, y agregó que después de varios reclamos decidieron radicar la denuncia en Defraudaciones y Estafas.

Según la damnificada, sospecha que el escribano, el agente inmobiliario y el propietario de la casa "hicieron algún negociado entre los tres". "Fuimos estafados. Ellos sabían que esto iba a pasar. Entre los tres formaron una asociación ilícita y nos sacaron hasta el último peso", dijo Flores. Lo cierto es que ahora los denunciados deberán dar explicaciones a la Justicia y, al parecer, será luego de la feria de invierno.

Flores y Fernández mastican bronca. Tienen un maxikiosco y viven en una casa alquilada con sus hijos, de 28 y 23 años. "Era nuestro gran sueño", cerraron.