Muy complicado. Los estudios de ADN y otras pruebas dejaron al borde de un procesamiento con prisión preventiva a "Wiilo" Pacheco.

La buena imagen de Esteban "Wiilo" Pacheco (24) en su entorno fue la primera gran barrera que tuvieron que vencer los policías de Homicidios. Futbolista, múltiples amistades, perfil bajo. Era "bueno" incluso hasta en la familia de su expareja Leila Rodríguez (24) la joven ullunera con la que tuvo una nena. Por eso cuando hallaron a la chica muerta a puntazos en una acequia, semicubierta con ramas al costado de un callejón muy transitado cerca de su casa en el Lote Hogar 55, el miércoles 27 de junio pasado, ese entorno íntimo de Leila y el ambiente en el que se movía Pacheco pensaron que el crimen pudo cometerlo cualquiera, menos él.

Sin embargo, para los policías de Homicidios hubo varios cabos sueltos que los llevaron a sospechar solamente en él y no fallaron. Y así lo confirmó ahora el resultado de un examen de ADN sobre restos genéticos recuperados del cuerpo de la víctima.

Lo que nunca quedó claro es qué motivos tuvo Pacheco para matar a Leila. Para la Policía, fue por celos.

Ayer trascendió que las muestras de sangre que sacaron del rostro y el cuello de Leila era la sangre de Pacheco, seguramente la que cayó de su mejilla derecha cuando la chica le clavó las uñas de tres de sus dedos para defenderse. Seguramente, porque el ADN rescatado de las uñas de la víctima era piel de Pacheco, dijeron ayer fuentes judiciales.

Según voceros del caso, otro estudio de ADN también reveló que era tejido orgánico de Leila lo que hallaron en una navaja secuestrada de un Fiat Siena en el taller del padre de Pacheco.

Las conclusiones de los genetistas, más una prueba de la pericia telefónica, son tan contundentes, que a Pacheco le será muy difícil zafar de la grave acusación que pesa en su contra: un homicidio agravado, que se castiga con perpetua.

Leila había vuelto de un cumpleaños con su familia, el martes 26 de junio en la noche, cuando se contactó por teléfono e instantes después le dijo a su mamá que ya volvía, pero no volvió más. Al otro día en la siesta, la hallaron muerta.

Pacheco ya se negó a dar su versión ante el juez de Instrucción Guillermo Adárvez. Todo indica que será procesado y pasará un largo rato en prisión.