Un aberrante caso de abusos y violaciones que una chica denunció el año pasado señalando a sus propios hermanos como autores, concluyó ayer con una sentencia para uno de ellos (el otro es investigado en la Justicia de Menores): un tribunal del sistema acusatorio condenó a ese joven de 25 años a cumplir 12 años de cárcel por el delito de abuso sexual con acceso carnal continuado, pues la denunciante aseguró que fue sometida desde los 8 años y hasta poco antes de cumplir los 12. El delito se agravó por el vínculo entre el abusador y la víctima.
Las repercusiones de esa denuncia acarrearon serios problemas familiares a esa jovencita, al punto de que sus propios padres y el resto de la familia le quitaron su apoyo y eso derivó en que tuviera que vivir en un hogar del Estado, indicaron fuentes judiciales.
Al cabo de sus alegatos, el fiscal Eduardo Gallastegui y el ayudante fiscal Benjamín Spatzer habían pedido un castigo de 17 años de cárcel.
El tribunal integrado por los jueces Javier Figuerola, Juan Carlos Caballero Vidal (h) y Fernando Echegaray compartieron los argumentos de Fiscalía. Y aunque aplicaron una pena menor, entendieron que además del relato de la víctima otras pruebas habían confirmado la existencia de los hechos, personalmente denunciados en la UFI ANIVI por la jovencita el 14 de julio del año pasado.
Su relato ante una psicóloga, dejó a esa profesional convencida de que la chica no mentía, por la cantidad de indicadores verbales y no verbales (gestos que demostraban su angustia y dolor, entre otros). Esa prueba fue fundamental para confirmar la detención del mayor de los hermanos, quien negó en todo momento haber perpetrado los ataques sexuales que su hermana le atribuía: la chica dijo que generalmente era atacada cuando sus padres salían de la casa por algún motivo, y que entonces alguno de sus hermanos la llamaba o la llevaba a su habitación para someterla.
En sus alegatos, Diego Raúl Molina Meglioli, abogado defensor del ahora condenado, negó los hechos, cuestionó las pruebas y los planteos fiscales. Y al final pidió la absolución de su cliente; como no la consiguió porque el joven fue declarado culpable en el juicio de cesura (desdoblamiento de los alegatos), se inclinó por la única opción que le restaba: pedir el mínimo del castigo (8 años).
El fallo no está firme, y ahora el defensor podrá impugnar la sentencia.
Investigan si pudo violar a su hija

Un hombre de 46 años que trabaja en una exportadora de pasas empezó ayer y por el plazo de 6 meses, a ser investigado como sospechoso de haber sometido a prácticas de sexo oral y otras que se consideran violaciones a su propia hija de 13 años. El caso había sido denunciado en la UFI ANIVI del fiscal Eduardo Gallastegui el 15 de diciembre pasado, luego que un primo de la niña revelara que la había escuchado decir que era ultrajada por su papá. El caso fue expuesto ayer por la ayudante fiscal Natalia Villavivencio, quien solicitó con éxito ante la jueza Celia Maldonado, que la niña declare en una audiencia videograbada. Y que el otro menor declare, siempre que la propia niña lo mencione en su relato. El defensor oficial Hugo Trigo y su ayudante Carlos Fleurí, se opusieron al relato de los hechos, pero adhirieron al pedido de que declare la menor y, sobre todo, al planteo de que el sospechoso permanezca libre durante la investigación. Los dichos de la menor ante un psicólogo, son claves.

