‘Estaba preparándole la leche a mi bebé cuando escuché una frenada larga, después un estruendo tremendo y cuatro golpes. Salimos con mi familia y nos encontramos con esa terrible escena’. Mariana Ahumada vive con su familia en el Bº Almirante Brown, Chimbas, y sin querer ayer en la madrugada se transformó en testigo de un accidente que ocurrió a pocos metros de su vivienda. Un joven suboficial del Ejército que viajaba con una chica en su auto perdió el control en plena avenida Benavídez, se cruzó de carril, chocó contra un pimiento y recorrió varios metros a los tumbos. En esas volteretas, los dos ocupantes salieron despedidos y el conductor murió en el acto. Anoche, su acompañante se recuperaba en una sala común del Hospital Rawson, informaron en la Policía.

Juan Ignacio Montenegro se llamaba ese joven, tenía 21 años, era el menor de tres hermanos, vivía con su familia en Lote Hogar Nº4, Chimbas, y era un cabo que tocaba la trompeta en la banda de música del RIM 22. Por estos días el muchacho andaba contento por partida doble. Por un lado, porque hacía 4 meses se había convertido en padre y por el otro, porque el 31 de enero pasado le había salido el traslado desde el Sur a San Juan, comentó su padre Juan Montenegro, quebrado.

Su padre agregó que el miércoles en la noche salió de trabajar y fue a llevarle unos pañales al bebé (estaba separado). Luego regresó a su casa y volvió a salir en su Fiat Duna. ‘Realmente no me dijo dónde se iba, ni sabemos dónde estuvo ni con quién’, comentó el hombre.

Por lo que pudieron reconstruir los pesquisas de la Seccional 23ra, el joven cabo se fue a Ullum acompañado de Fabiana Peruzzi (21, sufrió traumatismo de cráneo y otros golpes) y cuando regresaban de ese departamento, a las 5.05, tuvieron el accidente, indicaron fuentes policiales.

Montenegro circulaba al Este por Benavídez y, por causas que se investigan, perdió el control del auto unos 40 metros antes de calle Guillermo Rawson y se cruzó de carril. Allí, impactó un pimiento y el rodado recorrió unos 30 metros a los tumbos por el carril Norte de la avenida.

En esas violentas volteretas, el cabo y Peruzzi salieron despedidos y quedaron a unos pocos metros del dañado vehículo. Enseguida, los vecinos llamaron al 911 y el oficial Néstor Montiveros y el cabo Nicolás Elizondo (Comando Radioeléctrico) comprobaron luego que por el joven ya no había nada que hacer, indicaron fuentes policiales.