Un jurado popular declaró culpable a un hombre que fue juzgado en la ciudad entrerriana de Paraná acusado de matar en 2020 a su expareja, Fátima Acevedo, una joven de 25 años que fue estrangulada y arrojada a un aljibe tras denunciar a su agresor seis veces por violencia de género y buscar asilo con su hijo en la Casa de la Mujer local.

La presidenta del jurado, integrado por 12 titulares y cuatro suplentes, comunicó que la decisión fue unánime y que el condenado Jorge Martínez (35) es culpable de los delitos de "defraudación especial, lesiones graves en grado de tentativa y homicidio agravados por el vínculo y el contexto de violencia de género".

El caso

Fátima desapareció el 1 de marzo de 2020, tras salir de la Casa de la Mujer de Paraná, adonde estaba alojada con su pequeño hijo desde que había denunciado a su expareja seis veces por violencia de género.
Según la acusación fiscal, encabezada por Leandro Dato e Ileana Viviani, la relación entre la víctima y Martínez estuvo marcada por la “agresión, manipulación y violencia física y psicológica” por parte del acusado, quien intentó arrojarle ácido muriático en la cara a la joven, afiló una cuchilla intimidándola y además, le hizo numerosas amenazas verbales.

El 11 de febrero del 2020 Fátima había recibido un botón antipánico, pero no consideraron que el mismo no funcionaba, ya que la víctima, no contaba con servicio de datos en su celular. Además, Fátima se había mudado a la Casa de las Mujeres de Paraná, luego de haber denunciado a Martínez por intentar extraer dinero con sus tarjetas de cobro, que habían sido retenidas por el mismo.

El engaño

También reseñó que el 1 de marzo a las 8, la joven se retiró de la residencia, tomó un remis y bajó en la casa de Martínez, quien “días previos le prometió, de manera insistente, que le iba a comprar un celular pero que tenía que ir a su domicilio”.

Una vez allí, añade la acusación fiscal, “se dirigieron hasta la zona de un aljibe, a unos 800 metros de la vivienda”, donde Martínez “le ocasionó la muerte mediante asfixia mecánica”, tras lo cual el cuerpo fue arrojado adentro de ese pozo.El cuerpo de Fátima fue hallado una semana después del crimen, luego de que su familia denunciara su desaparición y se iniciara un amplio operativo de búsqueda, durante la cual el acusado quedó detenido preventivamente.

Finalmente, el 8 de marzo, se halló el cadáver en el fondo de un pozo de 18 metros de profundidad, en una zona descampada de Paraná.