Nervios. Los familiares de Fernández pasaron duros momentos desde que se enteraron de la situación del chico de 16 años, aunque son optimistas.

Un menor de 16 de apellido Fernández fue apuñalado cinco veces en el Lote 32, en Rawson. Inmediatamente fue trasladado a urgencias en el Hospital Rawson, donde quedó internado en terapia intensiva en estado grave desde el sábado en la noche con una herida cortante profunda en el abdomen y un pulmón perforado. Aún no están claros los motivos por los cuales fue atacado. La familia al menos ayer hablaba de las posibilidades de que haya sido un robo, pero en la Policía dudaban y preferían seguir investigando, ya que no abandonan la hipótesis de alguna venganza.

Según contaron familiares, Fernández trabajó el día sábado con su abuelo, Julio Fernández (65), en labores de construcción hasta las 22 cuando tres amigos fueron a buscarlo. No saben aún donde fue y tampoco si estaba acompañado por ellos. Alrededor de las 3 de la madrugada del domingo, cuando volvía a la casa de sus abuelos en la Villa Don Pablo, con quienes vive, fue abordado por dos sujetos en moto que le encestaron cinco puñaladas: una en el abdomen, otra en el pecho y tres en la espalda. Terminado el ataque, los agresores huyeron dejando al adolescente herido en la calle. Vecinos dieron alerta al 911 y la subcomisaría de Villa Hipódromo se encuentra investigando el caso. Según fuentes policiales, el rescate del chico fue más o menos rápido, pero la cantidad y la calidad de las heridas lo complicaron y por eso hasta anoche seguía con pronóstico grave. Los investigadores están revisando los pocos testimonios con los que cuentan, ya que casi no hay testigos. Por ello esperan que el chico se recupere para que sea él mismo quien les relate lo ocurrido en la madrugada del domingo en Rawson.

"Nosotros estamos seguros que esto no es un ajuste de cuentas"

FERNÁNDEZ - Familiar


Fernández se encuentra terminando sus estudios secundarios y sus padres lo describen como alguien activo y deportista. No creen que se trate de un ajuste de cuentas, puesto que el joven no conoce a nadie de esa zona. "Es una zona muy peligrosa y casi nadie puede entrar", dijo su padre, Eduardo Fernández, compungido. Hasta el momento, no hay ningún dato de los agresores y en la Policía no quieren descartar ninguna hipótesis, incluso la de una venganza, a pesar del testimonio de la familia.