‘Me cubrí la nariz con la remera y me metí. Había mucho fuego y humo, no podía ver nada. Lo busqué (a Cristoph) en todos lados y lo encontré en su cuna. Lo cubrí con su manta y salí corriendo’. Aaron Adaro tiene tan sólo 9 años y ayer así explicaba cómo hizo para salvar a su hermano de 8 meses de la casa que comparte con su padres y otros 5 hermanos en el Bº Camus, Rivadavia, en medio de un incendio y una humareda que nadie se arriesgaba a enfrentar para rescatar a la criatura. El fuego destruyó 4 habitaciones, 2 baños y todo lo que había en el inmueble dejando a la familia con lo puesto, pero en medio de esa amargura Andrea de Adaro (31), la madre de los niños, agradeció la valentía que tuvo su hijo y dijo que ninguno sufrió heridas, sólo el bebé estuvo internado unas horas en observación.
Todo ocurrió ayer al mediodía en la casa que habitan Andrea, su esposo Fabián Adaro y sus hijos, de entre 17 y 8 meses, en calle Periodistas Argentinos 5.500 Oeste, Rivadavia. A esa hora, Fabián estaba trabajando, Andrea hacía la comida, 6 de sus hijos jugaban en el fondo y Cristoph, descansaba en su cuna.
‘Estaba en la cocina y Abigail (7) vino corriendo a decirme que salía humo por la ventana de una de las piezas. Fui a ver y me encontré con el fuego de frente. Los bomberos me dijeron después que parece que un cable de la luz del vecino se cortó y tocó la ventana, provocando el incendio’, comentó la damnificada.
En ese momento, la mujer fue al fondo y sacó a sus hijos a la calle. Unos vecinos se acercaron a ayudarle y fue ahí cuando se dieron cuenta que faltaba sacar al bebé. ’Ni los vecinos ni yo podíamos entrar a la pieza del bebé. El fuego avanzaba y no se podía respirar, el olor era horrible y el calor tampoco nos dejaba opción a nada’, dijo Andrea.
Y fue ahí que apareció Aaron. ‘Nadie le dijo nada a mi hijo y él solo se metió entre nosotros y rescató a Cristoph. Estoy agradecida a Dios de que lo haya iluminado de esa manera y que los protegiera a ambos’, agradeció la mujer.
Para ese entonces el fuego había destruido 2 aires acondicionados, 2 calefactores, 7 camas, una cuna, 4 placares, 3 computadoras, 7 sillas, una mesa, un TV LCD de 32’ y otro más chico, 2 DVD, dinero, la ropa de toda la familia y dañó casi toda la casa. ‘Quedamos con lo puesto y agradezco a los vecinos por su esfuerzo’, dijo la damnificada.