De los nueve hermanos, Héctor era el más ‘madrero’. Cada vez que bajaba de la mina Veladero y se iba a su casa en Rawson, se las arregla para dividir su tiempo entre su mujer, sus dos hijas y su mamá. Tanto la tenía presente a doña Lidia, que el muchacho había puesto el número del celular de ella en su carnet de conducir en vez que el de su padre o su mujer, y solía decirle en broma: ‘mamá, no te preocupes por mí porque el día que me pase algo, vas a ser la primera enterarte’. Lo que sonaba a ironía o como algo remoto, ayer sin querer se cumplió. A las 4.50 de la mañana sonó el celular de Lidia Marinero de Escudero. Era un policía que le avisaba que su hijo Héctor acababa de tener un accidente, y le pedía que vaya urgente a Rivadavia. Minutos después se enteraba que su ‘Tati’ (así apodaban a Héctor) estaba muerto en una esquina de la avenida Ignacio de la Roza y Rastreador Calivar, en Rivadavia. Se había estrellado contra un poste de cemento.
Así de inesperada fue la muerte de Héctor Ariel Escudero, un obrero minero de 26 años y padre de una nena de 6 años y otras de apenas 1 mes de vida. El muchacho había bajado de la mina el domingo a la madrugada y parece que tenía tantas ganas de disfrutar su descanso que ni durmió: llegó a su casa en Villa San Damián y al rato pasó a saludar a su madre, Lidia Marinero, y a su padre en el Lote Hogar 18, Rawson, y les dijo que iba a hacer un asado.
‘Desde que llegó no paró. Estaba contento’, contó su mamá. Al mediodía comieron un asado en familia y, a las 15, Héctor partió en su moto Zanella 250cc a Albardón a ver un partido. Volvió a la noche, se cambió y pasó de nuevo por el domicilio de sus padres. ‘Mi hijo era muy madrero. A cualquier hora venía a verme. Estuvo con nosotros hasta las 21 y nos contó que se iba a un asado a Chimbas o Rivadavia. Le dije: no te vas, acostate a dormir. Pero quería estar con sus amigos y se fue. No estaba tomado’. De ahí, Héctor no regresó más. A las 4.20 de ayer, cuando regresaba en su Zanella de ese asado con amigos, se estrelló contra un poste de la esquina sureste de Ignacio de la Roza y Calívar, indicaron en la Seccional 13ra. Supuestamente venía por Ig. de la Roza, quiso doblar hacia el Sur y perdió el control del rodado. Tenía casco, pero de nada le sirvió.