Un cabo del Servicio Penitenciario Provincial falleció ayer en el Hospital Rawson, luego de sufrir un violento impacto en su auto y quedar aplastado por el otro vehículo, una camioneta, dentro de un zanjón en Rawson. El efectivo pretendía llegar a su trabajo luego de dejar a su hijo 15 años en su casa. El chico, se salvó de milagro, dijeron en la Policía y voceros familiares.

Todo pasó alrededor de las 6.45 en un cruce con semáforos, en Hipólito Yrigoyen (más conocida como San Miguel) y Calle 5, en Rawson. A esa hora, el cabo o ayudante de quinta, Marcelo Chávez (40) circulaba hacia el Norte por Hipólito Yrigoyen en un Fiat 128.

Hacia el Este, circulaba en su camioneta el mendocino Pablo Antonio Zappala (40) con domicilio en la calle Brandi en el departamento Maipú. Ayer, los pesquisas pretendían determinar cuál de los dos choferes cruzó en rojo, precisaron.

Según la esposa de Chávez, Claudia Arroyo, su marido había dormido con el mayor de sus tres chicos, Fabricio de 15 años (tienen dos nenas de 10 y 9 años) en la casa de sus padres en la Villa Aberastain, Pocito. Y a la hora del accidente volvía para dejar al menor en la casa del matrimonio en el barrio Los Caracoles, Rawson, y luego pasar a su trabajo en la cárcel de Chimbas.

El chofer de la camioneta había llegado a la provincia para visitar a un amigo, precisaron en la Policía.

‘Mi íntimo amigo y compadre estaba bien, no le quedaba otra. Él estaba a cargo de la guardia, debía llegar más temprano para revisar al resto del personal y amaba su trabajo, hizo cursos de capacitación en San Juan, en el país y a nivel internacional. Por eso había sido instructor en el servicio penitenciario y era alguien responsable, no creo que el accidente haya sido culpa suya’, dijo ayer Antonio Nieto, con 13 años de antigüedad en la Fuerza igual que la víctima.

‘Mi marido había pasado la noche con nuestro hijo mayor en la casa de sus padres. Y ahora no sé qué pensar de la salud de mi hijo, porque esta mañana (por ayer) una enfermera me dijo que mi esposo estaba bien, que le habían salvado la vida y media hora después me avisan que falleció. Y de mi hijo me dicen lo mismo, pero después de lo que me pasó con mi marido no les creo nada, sólo le pido a Dios que ahora salga todo bien’, dijo, dolida, la esposa del penitenciario.

El siniestro ocurrió con luz de día y un lugar con semáforos. Por eso ayer los policías de la subcomisaría Ansilta al mando del subcomisario Oscar Gregorio Díaz, recolectaban todas las evidencias posibles para que un juez determine quién fue el responsable de la tragedia.

El conductor mendocino estaba ayer detenido y fue sometido a una prueba de alcoholemia para determinar si conducía o no en estado de ebriedad, igual que la víctima, dijeron fuentes policiales.

Los pesquisas también recababan testimonios y esperaban la versión del menor herido para determinar el nivel de responsabilidades de cada involucrado en la tragedia, precisaron.

De todos modos, el mendocino Zappala quedó sospechado de cometer el delito de homicidio y lesiones culposas, es decir por matar y herir sin tener la intención de hacerlo.