Graciela Noemí Funes, de 41 años, fue asesinada de cuatro balazos esta madrugada en General Madariaga y el asesino, un oficial de la Policía bonaerense, se quitó la vida después de un disparo en la cabeza. La víctima iba a denunciarlo porque sospechaba de que abusaba de su hija de 13 años.

La pelea que derivó en el crimen ocurrió este miércoles minutos antes de las 2 de la mañana en el interior de una casa ubicada en Arias y Oro, a unos 285 kilómetros de la ciudad de La Plata. La Policía llegó al lugar tras un llamado al 911 realizado por la hija adolescente de la mujer asesinada, pero ya era tarde para evitar el fatal desenlace.

En plena investigación del hecho una de las pocas certezas que se tiene hasta el momento es que todos los involucrados participaron anoche de una fiesta en el domicilio de Funes hasta que la mujer y Franco Mauricio Torres, el homicida, empezaron a discutir y la reunión terminó abruptamente.

“Ella le había advertido que iba a denunciarlo”, sostuvo en diálogo con TN el colega Lucas Cordone, periodista de Central de Noticias Madariaga. El motivo era que el agente, de 24 años, solía frecuentar a la hija adolescente de Funes y la víctima no estaba de acuerdo con esa relación.

Al parecer, sin embargo, la mujer no pudo concretar esa denuncia porque cuando fue a radicarla a la Comisaría de la Mujer la persona que la atendió era la madre del acusado, remarcó Cordone.