Un oficial ayudante de la última camada de policías que se recibieron este año, fue detenido la noche del sábado último por efectuar al menos 7 disparos, supuestamente, cuando perseguía a dos delincuentes que quisieron asaltarlo. Pero su versión no cerraba y lo apresaron porque habría estado ebrio cuando usó su arma adelante de unos niños que jugaban en una plaza y por dañar en ese peligroso ataque dos viviendas del barrio Teniente Silva, en Rawson, dijeron fuentes policiales.
La bronca dentro de la fuerza por el irresponsable accionar del policía era mucha, porque nuevamente se ponía en duda la preparación que reciben los aspirantes en la Escuela de Policía, comentaron.
Altos jefes policiales dijeron que quien armó tamaño revuelo fue el oficial ayudante Juan José Flores (24), un muchacho de la última camada y que desempeñaba tareas en el área de Planeamiento de la Central de Policía.
Según fuentes policiales, eran las 23:15 del sábado cuando entró un llamado al 911 alertando que en la plaza del barrio Teniente Silva había un enfrentamiento armado. Una patrulla de la comisaría 3ra. se acercó al lugar y una vecina interceptó a los efectivos. Ahí les dijo que quien estaba largando tiros a mansalva había sido el policía, quien vive en un departamento de ese complejo habitacional.
La versión policial indica que Flores habría estado pintando su casa y de un momento a otro, enfiló hacia la plaza con su pistola reglamentaria 9mm. y comenzó a disparar al aire. Unos niños habrían estado jugando en ese espacio y corrieron a resguardarse cuando el oficial comenzó a disparar, explicaron.
Al menos unos 7 disparos habría hecho el policía, dos de los cuales impactaron en la puerta de un departamento y en la ventana de otro, donde duermen unos niños, dijeron en la policía.
Cuando los uniformados de la seccional fueron a su casa, el joven salió con el arma en la cintura y habría dicho que no recordaba nada de lo que sucedió. En ese momento, un grupo de vecinos furiosos se plantó en el frente de la vivienda y lo increpó, dijeron.
Informalmente, Flores habría dicho que salió a perseguir a dos ladrones que quisieron asaltarlo y que por eso usó su pistola para repeler el ataque. Aunque esa versión no les cerraba mucho a los pesquisas, porque al momento de apresarlo habría estado ebrio y ninguno de sus vecinos lo vio por las calles del barrio persiguiendo a los supuestos ladrones, informó la policía.
Luego del violento episodio y por orden del juez Eduardo Gil (Segundo Juzgado Correccional), Flores quedó alojado en los calabozos de la comisaría 4ta. y le secuestraron su pistola 9mm., dos cargadores: uno lleno y otro con 7 proyectiles, informó un jefe policial, quien agregó que más allá de la investigación penal, en la fuerza habían iniciado un sumario interno para determinar las responsabilidades del uniformado. "Fue un acto irresponsable el de este joven, porque más allá de la situación, lo primero es resguardar la integridad y la vida de cualquier inocente", afirmó molesto un investigador.
