Un preso de 20 años resultó quemado desde la cintura hacia arriba en la habitación celda del microhospital de la cárcel de Chimbas donde estaba alojado, alrededor de las 20 del sábado, y las graves lesiones que sufrió en el siniestro terminaron con su vida alrededor de las 13.45 de ayer en el Hospital Marcial Quiroga, informó su padre y fuentes policiales. Los pesquisas creen que se autoagredió a causa de los problemas mentales que atravesaba, pero ayer no cerraba un punto clave en la investigación: cómo consiguió fuego en el lugar donde estaba encerrado. Los investigadores no descartan que alguien le haya facilitado un encendedor. En el microhospital, había otros tres internos en otras habitaciones aunque se supone que todos estaban encerrados, dijeron.
La víctima mortal fue Jonathan Amado, el tercero de los 10 hijos del vendedor ambulante Cristian Amado. Y había sido detenido a las 7.30 de la Navidad pasada en la Villa 1º de Mayo, Chimbas. Ese día, según la Policía, Amado intentaba robar ropa en el fondo de una vivienda, y cuando lo sorprendieron sacó una escopeta recortada, amenazó a la hija del dueño de casa y les mató el perro de un tiro. También agujereó de un balazo un patrullero del Comando Radioeléctrico y en represalia los policías lo hirieron en sus piernas con postas de goma antes de apresarlo en uno de los techos por los que pretendía huir.
El padre del fallecido admitió ayer que su hijo tuvo algunos problemas con las drogas, aunque precisó que nunca fue agresivo y que su comportamiento se alteró por completo en el mes de diciembre. Según Amado, desde entonces comenzó otra lucha por la salud mental de su hijo en la cárcel.
‘Yo no sé si él mismo se prendió fuego o no. Sí sé que esto no tendría que haber pasado porque la gente del penal me hizo perder tres turnos con el psicólogo en el Hospital Marcial Quiroga, y todo porque no tenían movilidades o nos ponían cualquier excusa. Nosotros ya habíamos denunciado con un abogado al Penal porque a mi hijo no le daban pelota, con decirle que cuando lo íbamos a ver muchas veces lo encontramos con la orina y la materia fecal en su celda’, criticó ayer Cristian Amado.
Y agregó, dolido: ‘Pensaba que me lo iban a curar y ahora lo tengo que sacar en un cajón’.
Policías de la Seccional 30ma dirigida por el subcomisario Juan Carlos Lucero, recababan pruebas por orden del juez Guillermo Adárvez y esperaban el resultado de algunas pericias para esclarecer el caso.