A pocos días de que se desatara una feroz interna en el Sindicato de Empleados de Comercio, una banda armada tomó por asalto la casa de Raúl Avila, su principal jefe gremial y actual diputado. Él no estaba en el domicilio, pero sí su esposa, que fue amenazada con revólveres y encerrada por los asaltantes que robaron dos televisores y otros artefactos. El sindicalista sostuvo: “No sé si fueron a robar, o eran otras las intenciones. Me llama mucho la atención el hecho y no puedo descartar nada”.

El dirigente gremial dejó flotando sus sospechas sobre al trasfondo de ese golpe armado registrado el martes alrededor 22.30 en su casa en calle General Acha al 3.865 del Bº Amecon I, Rawson. “Qué casualidad, esto sucedió justo después de que nosotros habíamos suspendido a 10 miembros de la comisión directiva para reemplazarlos”, explicó

Avila, en referencia al desplazamiento esa misma noche de la ahora ala opositora dentro del gremio, encabezada por Rolando Castro. De todas formas, aclaró “no sé quienes fueron ni lo puedo relacionar con nada. A lo mejor se trató de ladrones comunes, eso lo dirá la Policía”.

Rosa María Cortez, su esposa, estaba planchando en el comedor a esa hora. El portón del garaje estaba abierto y la puerta principal cerrada, pero sin traba. “Me di vuelta para buscar una cosa y abrieron la puerta. Ahí vi entrar a tres encapuchados y me dije: estos son asaltantes”, relató la mujer. Uno de los desconocidos la encañó con un revólver y comenzó gritarle “quiero plata”.

Cortez respondía que no tenía dinero en la casa, entonces la llevaron a los empujones al dormitorio matrimonial. La hicieron sentar en la cama y le bajaron la cabeza para que no los mirara. En ese momento le arrancaron una pulsera de oro. De nuevo la amenazaron: “queremos la plata. Te vamos a pegar un tiro en la cabeza si no decís dónde está la plata”. Los asaltantes tiraron toda la ropa de los muebles en busca de efectos de valor, pero lo único que sacaron de la habitación fue una cámara de fotos digital.

Otro de los sujetos se metió a la pieza que funcionaba como oficina de Avila y robó una netbook. Rosa Cortez recuerda que luego escuchó que entró un cuarto ladrón, el que llegó gritando “vamos, vamos”. La mujer fue encerrada en el baño, mientras que los delincuentes salieron llevándose también su celular, un televisor LCD 42’ y otro LCD 32’. Los vecinos aseguraron que vieron a los cuatro ladrones fugar en dos motos, cargando todos los aparatos, por calle General Acha al Norte.