Tres y media de la tarde, hora de relevo en las oficinas de la empresa Clínica de la Ciudad en Santa Fe 660 Este, entre Caseros y Güemes, en Capital. A esa hora, dos empleadas llegaban a tomar sus puestos y en ese instante, detrás de ellas, entró también un hombre con lentes oscuros y preguntó por un médico y una secretaria. Pero no esperó la respuesta: directamente empujó a la mujer que iba a contestarle y así dejó en claro sus intenciones y las de otros dos sujetos de anteojos oscuros, que entraron con guantes y escopetas tipo Itakas: ‘Queremos la guita, sabemos que acá hay guita’, dijeron y obligaron todos a tirarse al piso y no mirar.

Lo que siguió fue violento, porque en todo momento los delincuentes golpearon a los siete empleados que había (cinco mujeres, dos hombres), les quitaron sus teléfonos celulares, anillos, una notebook y dinero (en total unos 10.000 pesos, dijeron). Y también lograron alzarse con unos $2.500 que había en la recepción y otros 60.000 que encontraron en una caja fuerte. Las propias víctimas contaron que los delincuentes demoraron como 40 minutos en revisarlos a ellos y todo el lugar, hasta que encontraron la caja fuerte. Fue en ese momento que los propios empleados le pidieron al compañero que tenía la llave que les abriera, para evitar que siguieran golpéandolos.

En la Policía están convencidos de que los ladrones pudieron actuar con un cuarto sujeto que seguramente los esperó afuera en algún vehículo. También creen que llegaron a buscar la plata porque pudo haber un entregador que les facilitó ese dato.

Fue un robo sin complicaciones para los delincuentes, porque no hay vigilancia privada y tampoco cámaras de seguridad. Tras el atraco, las víctimas debieron seguir trabajando.