Con múltiples testigos en contra, a Marina Mabel Vergara (24) no le quedó más remedio que confesar su complicidad en el asalto a mano armada.

Una pareja compartía un momento a solas en el Fiat Palio del joven, estacionado frente a la casa de ella en en el interior de un barrio en Marquesado, Rivadavia, cuando vieron pasar a una mujer al mando de una moto, acompañada por un sujeto. No le dieron importancia, pero instantes después los tenían de vuelta: esta vez el desconocido bajó, les golpeó la ventanilla y les pidió fuego. Y parecía que ya se iba cuando le dijeron que no tenían, cuando vieron que la chica le pasaba un revólver y él regresaba, esta vez para exigirles los teléfonos y sus cosas de valor. Alcanzó a manotear la mochila que tenía en la falda y de la gaveta del auto sacó una suerte de pequeño maletín de cuerina, con documentos. Y se alejó apuntándoles, a la pareja y también a unos vecinos que estaban a unos metros y no pudieron sustraerse a la violenta escena.

Nadie hizo nada por la peligrosa actitud del ladrón, que montó en la Motomel Blitz 110cc que ella guiaba y aceleraron. Pero recorrieron apenas unos 50 metros cuando quedaron literalmente desparramados con botín y todo, porque aquella noche del 9 de noviembre de de 2017, a eso de las 22, un gran perro se les cruzó en el camino y sin querer frustró parcialmente aquel asalto, porque la conductora, por evitarlo, perdió el control y fue a parar al piso.

Rápido de reflejos, el sujeto sacó otra vez el arma, efectuó dos disparos al aire y escapó a toda carrera con la documentación del auto de Lencinas. Su cómplice, Marina Mabel Vergara (24) quedó en el piso junto a la moto y la mochila que había robado. Y fue detenida, eso sí, no dijo quién era el delincuente que la acompañaba.

Y a pesar de que luego intentó desvirtuar los hechos para desligarse, al final terminó procesada con prisión preventiva y llegó presa a juicio en la Sala II de la Cámara Penal. Allí, el juez José Atenágoras Vega (secretaría de María Beatrice de Iranzo), tendrá ahora que decidir si acepta o no el juicio abreviado que le propuso la imputada con su abogada María Noriega y la fiscal Leticia Ferrón de Rago.

En ese acuerdo, acepta 6 años y 7 meses de cárcel por robo agravado por el uso de un arma de fuego. Si el juez acepta ese pacto, no podrá aplicar una pena mayor.