Fue una muerte con señales premonitorias la de Diego Emilio Navas (31). Lo percibió su mamá Reina González, como a las 3 de ayer, cuando se le pasó el sueño y empezó a sentir tan incómoda la cama que tuvo que levantarse, sin saber a qué atribuir esa cosa rara que le revolvía el cuerpo. Mucho más estremecedor resultó saber que el hijo varón de Diego, con seis meses de gestación, empezó a moverse con tal agitación en la panza de su mamá Laura Salinas, que también resultó algo extraño de explicar en ese momento, reveló ayer la propia Reina y otros familiares.
Lo misterioso de ambas reacciones se descifraría con una claridad contundente momentos después, cuando avisaban a la familia que Diego había muerto, estrellado en su auto contra un eucalipto. Tan impresionante resultó ese choque, que el Fiat 128 Súper Europa, quedó con el tren delantero literalmente arremangado contra su propio interior y fue necesario el trabajo de bomberos para poder sacar el cuerpo del joven de entre los hierros.
En la Policía aseguran que el accidente había ocurrido alrededor de las 5.10 de ayer en calle Rawson, metros al Este del camping municipal de San Martín. Reina González, quebrada, contó entre lágrimas que el mayor de sus dos hijos había pasado la noche, como hace años, trabajando de mozo en una empresa de catering y que a la hora en que se estrelló volvía a su casa luego de dejar a un par de compañeros.
Era un tipo trabajador Diego. Lo recordaba patente ayer Reina, cuando de chico se ofrecía a llevarle la gamela con uvas para que ella no se esforzara. O cuando encaraba cualquier trabajo en la tierra o se empeñaba en sus emprendimientos, como su propia casa, esa que ya tomaba forma con una pieza y el pozo negro al lado de la de su abuela materna en la misma calle Rawson y callejón González.
Diego era también un activo militante departamental del grupo kirchnerista “La Cámpora”. Y en su futuro inmediato -según su familia- aparecía el proyecto de la casa, alimentar la ilusión de ese primer hijo que vendrá en noviembre y cambiar de rumbo laboral, porque estaba cansado del trabajo por las noches. Por eso repartía su currículum en todos lados, con tal de cruzarse a la docencia o conseguir algo en lo suyo porque era profesor de Tecnología recibido en la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ, explicó ayer su mamá.
Justamente ese cansancio pareció jugarle la peor de las pasadas ayer en la madrugada. En la Policía estaban convencidos de que hubo elevada velocidad y que el conductor pudo dormirse y pasó de largo en una curva, con el peor de los finales.

