Una mujer de 30 años ingresó sin vida el último fin de semana al hospital Ventura Lloveras de Media Agua, en Sarmiento, como consecuencia de un aborto clandestino. Fue un médico de ese nosocomio el que dio aviso a la Policía. Tras el informe del forense, un juez de Instrucción ordenó que apresaran de inmediato al marido de la mujer, una enfermera y a otro médico, para determinar el grado de participación que tuvieron en la mortal maniobra, dijeron fuentes policiales.
El caso ocurrió el sábado, pero recién trascendió ayer. En la Policía señalaron que la víctima fue Silvana Daniela González (30), madre de 3 chicos (de entre 10 y 13 años), embarazada de 4 meses y que alquilaba una casa en el barrio Patagonia II junto a su marido, Ariel Caballero (32).
El sábado a las 19, González fue llevada por alguno de sus familiares al hospital Ventura Lloveras, pero entró sin vida. Si bien hasta ese momento parecía ser un fallecimiento sin asistencia médica, el doctor de guardia no quiso firmar el certificado de defunción dado que no sabía las causas de muerte y entonces dio intervención a la Policía, explicaron las fuentes. Con el informe del médico forense, se estableció que en realidad la mujer había fallecido por un aborto provocado y el caso dio un giro total.
Lo que habían podido reconstruir hasta ayer los pesquisas de la comisaría 8va., al mando del comisario Jorge Cataldo, es que ese sábado al mediodía, Caballero fue desesperado hasta un centro médico privado de Media Agua y buscó a un médico de apellido Argumoza para que atendiera a su mujer, aduciendo que padecía un cuadro de fiebre y escalofríos. Cuando el médico llegó a la casa de Caballero, se encontró con González en una cama y con Rosalía Di Cesare, una enfermera que había trabajado con él hace unos años, explicaron las fuentes. Mientras duró la visita, nadie le dijo que la enferma estaba embarazada y que tenía una hemorragia, declaró ayer espontáneamente en la seccional 8va. Argumoza acompañado por Leonardo Villaba, su abogado. Y que como no sabía del grave cuadro de la enferma, la revisó superficialmente y le recetó un antibiótico por un principio de faringitis. Argumoza además declaró que antes de irse de la casa, la enfermera le preguntó si debía ponerle un suero a la víctima.
La sospecha es que en esos momentos González ya tenía un avanzado cuadro infeccioso que hizo que su salud se agravara y horas después le causara la muerte, antes que pudiera ser asistida en el hospital zonal, dijeron en la Policía.
Luego del fallecimiento de González, el juez Agustín Lanciani (Segundo Juzgado de Instrucción) ordenó que su esposo, la enfermera y el médico que la revisó fueran detenidos hasta tanto se determinara que grado de participación tuvo cada uno en el aborto clandestino. Además, los pesquisas analizaban gasas manchadas, jeringas y medicamentos que hallaron en la casa de Di Cesare para establecer si esos elementos fueron utilizados en la mortal maniobra, informaron en la Policía.