Un crimen atroz sacudió a todo Brasil. Una pareja de mujeres castró, torturó y asesinó brutalmente al hijo de 9 años de una de ellas. Las dos fueron detenidas y confesaron los macabros detalles de cómo acabaron con la vida de Rhuan Maicon. “Era un estorbo”, dijo una. La madre intentó justificar todo con una historia de abuso sexual, discriminación y violencia de género.

Rosana Cândido, de 27, realizó el asesinato de su pequeño con la ayuda de su actual pareja, Kacyla Pessoa, de 28 y madre de una nena de 9. Tras matarlo, desmembraron el cuerpo e intentaron quemarlo. Sin embargo, terminaron por distribuir los restos humanos en dos mochilas y una maleta de viaje. Un descuido las llevaría a prisión.

Según recogió G1, el delegado adjunto de la investigación, Guillermo Melo, detalló que el nene tenía 11 cuchilladas, de las cuales “dos alcanzaron el corazón". "La madre acuchilló a su hijo por la espalda mientras que Kacyla lo agarraba", describió. Consternado, el agente concluyó: “La forma de ejecución fue muy cruel".

El hecho ocurrió el 31 de mayo en Brasilia y fue denunciado por unos vecinos que sospecharon que algo raro ocurría cuando vieron que una de las mujeres intentaba meter una maleta por una alcantarilla.

La dos acusadas se encuentran detenidas, aisladas y sin contacto entre ellas, desde hace 12 días en el Complejo Penitenciario de Papuda. Rosana y Kacyla deberán enfrentar numerosas acusaciones y podrían ser condenadas a casi 60 años de prisión.

Violación, castración y venganza

El asesinato de Rhuan fue el final de un infierno que duró toda su vida. Rosana no tuvo problemas en confesar que nunca lo quiso y que se dedicó a torturarlo porque le recordaba al padre: el hombre que, según contó, la maltrató y abusó sexualmente de ella.

En un intento de justificar los maltratos a los que sometió al pequeño, la mujer aseguró que creía en “el dios del Antiguo testamento, que era vengativo”. Movida por ese odio y con ayuda de Kacyla, Rosana mutiló el pene y los testículos de su hijo.

Por otra parte, la hija de Kacyla, una nena de ocho, se encuentra ahora bajo la proteción del Consejo Tutelar en un refugio. Ella también vivió un infierno. Los dos pequeños vivían encerrados y pocas veces habían sido vistos por sus vecinos. Ahora, el caso está en manos de la Justicia de Brasil.