Cinthia López Gotta tendía la ropa cuando escuchó los primeros gritos. Entonces bajó corriendo a la planta baja de la casa, ubicada en Hurlingham ( Buenos Aires), y allí encontró a Diego Loscalzo con un arma en la mano. Estaba enfurecido, gritándole a su esposa Romina Maguna, que estaba acompañada de su hijo Uriel, de 11 años, y su hermana, Vanessa. Pero a Cinthia no le dio tiempo de entender la situación: Loscalzo gritó varias veces más y, antes de las 23 del domingo, lanzó los primeros tiros. Allí comenzó la masacre.


"Todo lo tenía planificado", contó Cinthia hoy a TN. Loscalzo, imputado ayer por el homicidio de cinco personas, la invitó a cenar horas antes. El hombre cocinó y reunió en la mesa a Cinthia, a Romina y a sus dos familiares. Durante la comida, Loscalzo preguntó por su suegra, quien estaba en una casa vecina. "Luego terminó de comer, se levantó de la mesa y se fue". Ellos no le prestaron atención: Cintia se fue a tender la ropa y Romina, a hacer pochoclos porque iba a ver una película con su hijo.

Cinthia dijo que tiene pesadillas con lo que vino después: "Él le gritó cosas a Romina pero yo no entendí nada... Le gritaba y en un momento le pegó cuatro tiros. Ahí Romina cayó al piso". Cinthia y Vanessa se le lanzaron encima a Loscalzo para intentar quitarle el arma. Pero el hombre logró quitárselas de encima y disparó una vez más. Esta vez, apuntó a Vanessa. "Le disparó a Vanessa para matarla, para rematarla, sin asco". Y lo logró.


Cinthia salió corriendo por la casa. Loscalzo la persiguió y siguió disparando. "Me disparó tres veces". Los primeros tiros no la alcanzaron, pero una bala le perforó la pierna y ella cayó al piso. "Me tiró a matar, apuntaba al pecho". Por suerte, Cinthia logró llegar hasta uno de los cuartos que estaba sin luz. "Me quedé callada y me tapaba la boca, porque me dolía la pierna". Él seguía disparando al azar. "Pero me hice la muerta para que no me matara".

Cinthia escuchó a Loscalzo salir de la casa. No le disparó Uriel porque se lo rogó. "¡Por favor, no me mates!", le pidió el chico, según el testimonio del menor. El hombre asesinaría luego a su suegra, Juana Paiva; a su cuñado, José Maguna y a Darío Díaz. También le dispararía a dos personas más que lograron sobrevivir: Mónica Lloret, que estaba embarazada y perdió a su bebé, y su hija de 12 años, que ya está fuera de peligro.


Cinthia solo recibió el disparo de la pierna. Ya fue dada de alta. "Diego es el loco, es bipolar, tiene doble personalidad", contó.