El niño hispano de nueve años, que sufría autismo y no podía hablar, apareció muerto en la madrugada del viernes en un canal de Kendall. Según su madre, Patricia Ripley, dos hombres afroamericanos lo habían secuestrado el jueves por la noche, cuando la emboscaron en una carretera al suroeste de Miami.

Solo horas después de denunciar el rapto del menor ante la policía, la versión de la mujer empezó a desmoronarse.

Los investigadores comenzaron a sospechar de ella cuando encontraron una grabación de seguridad que demostraba que había esperado sentada en su auto durante 15 minutos antes de acudir a la policía. Además, según una declaración jurada del arresto, sus testimonios fueron “contradictorios”, por lo que pasó a convertirse en la principal sospechosa del crimen.

El sábado, Patricia Ripley fue detenida y acusada de asesinato en primer grado.

Aunque entonces las autoridades no revelaron detalles sobre el arresto, ahora, un video escalofriante difundido por la televisora Univisión Miami muestra cómo Patricia Ripley, de 45 años, llevó a cabo un “primer intento” fallido para terminar con la vida de su hijo.

En las imágenes, captadas por cámaras de seguridad a las 18:28 horas del jueves, se ve a la detenida y al menor caminando muy cerca de la orilla de un canal, en el condominio de apartamentos Kendall Acres, en la ciudad de Miami.

Ella, mira nerviosa a su alrededor, y tira del brazo de su hijo para acercarlo a la orilla. Después, lo empuja al agua y huye corriendo de la escena.

En los siguientes segundos del video, Patricia Ripley reaparece con un vecino del bloque que había escuchado gritos, y que se lanzó al agua a socorrer al pequeño. Otra residente del condominio se acercó para ayudar.

Según declaró la fiscal Fernández Rundle a la agencia AP, la grabación registró el primer intento de la acusada de asesinar a su hijo. Un plan que no resultó, al ser frustrado por los vecinos, quienes sacaron al niño del canal y le salvaron la vida.

“Ella lo intentó una vez y la gente lo rescató. Estaba vivo. Pudo haber seguido vivo. Ella tenía la intención, según los hechos del caso, de matarlo", dijo Fernández Rundle. “Desafortunadamente, lo llevó al segundo canal y no había nadie allí”, añadió.

Durante la entrevista, la fiscal recordó que el menor no pudo alertar a sus rescatadores de que su madre le había lanzado al agua, porque no podía hablar.

“Él no pudo decirle nada a sus rescatadores. Hablamos de niños sin voz. Este es otro nivel de falta de voz. Era incapaz de decir que ‘mamá me metió en el agua’”, dijo Fernández Rundle.

Aunque los testigos de Kendall Acress salvaron al menor, la acusada se dirigió a otro canal, en Miccosukee Golf and Country Club. Allí, la policía encontró en la madrugada del viernes el cuerpo del niño de nueve años.

La versión de Patricia Ripley

Según declaró la acusada ante la policía, el jueves por la noche viajaba en el auto con su hijo por una zona del suroeste de Miami, cuando un vehículo la obligó a girar abruptamente hacia una calle y le bloqueó el paso.

En el automóvil viajaban dos hombres afroamericanos. Entonces, siempre según el relato de ella, uno de los sujetos se bajó y le pidió drogas. Cuando le dijo que no tenía, el individuo la golpeó, le quitó el teléfono celular y una tableta, y se llevó secuestrado a su hijo.

Desde la declaración de Patricia Ripley, las autoridades emitieron una Alerta Amber en el área sur de la ciudad. El viernes, sin embargo, solo horas después de la denuncia, el cadáver del pequeño de nueve años apareció en un canal.

Tras hallar “declaraciones contradictorias”, y recopilar algunos videos incriminatorios, las autoridades arrestaron el sábado a la mujer, quien fue acusada de asesinato premeditado sin posibilidad de fianza.

El padre del menor, Aldo Ripley, defendió a su esposa tras la audiencia en la corte este sábado, y dijo que no creían ninguna de las acusaciones.

“Amamos a Alejandro, y nos molestó lo que dijeron de mi esposa. No es real”, dijo.

Fuente: Infobae