La hija de un jefe policial fue asaltada y violada en un descampado de Caucete. La chica es una estudiante de 25 años que iba caminando por ese predio deshabitado, cuando fue sorprendida por un joven que llevaba un revólver y le exigió que entregara sus pertenencias. Parece que no lo conformó quitarle sus cosas, porque después la llevó hasta unos yuyos, la tiró en el suelo y la sometió sexualmente.

El ataque sexual fue denunciado este domingo pasadas las 22 en la sección Seguridad Personal de la Brigada de Investigaciones por la propia joven, quien es hija de un comisario de la fuerza provincial, indicaron fuentes policiales. La chica fue examinada por el médico legista, que constató las lesiones producto de la violación.

Según la policía, la joven relató que salió de su casa para ir a visitar a una prima. Eran alrededor de las 20 y tomó por el medio de un descampado cercano al barrio Los Olivos, en ese departamento.

Ella iba caminando en dirección al Sur, cuando por la mitad del predio observó que venía de frente un joven de aproximadamente 18 años, más bien morocho, delgado y de cabello negro, indicaron las fuentes. Llevaba una gorra, pantalón oscuro y una camiseta de un equipo de fútbol, señalaron. La joven también relató a la policía que en el momento en que el desconocido se acercó a ella, se bajó la visera de la gorra para cubrirse el rostro y sacó un revólver plateado.

Cuando se dio cuenta, el sujeto ya la había agarrado por la espalda y la tenía encañonada: ‘No me mirés. Dame la plata‘, le habría dicho. Ella le suplicó diciéndole que no tenía nada de dinero y le entregó las pocas cosas que llevaba, contaron los policías. El ladrón tomó las pertenencias de la chica, pero a su vez empezó a manosearla. Eso fue el principio de lo que vendría, dado que la llevó a los empujones a unos yuyos dentro ese predio. Ahí la amenazó: ‘Acostate, o te mató‘, le dijo, según las versiones. Con una mano sostenía el revólver apuntándole y con la otra le quitó parte de la ropa, para luego someterla sexualmente. Consumada la violación, el delincuente le exigió a la chica que cerrara los ojos y no hiciera nada hasta que él se fuera. Cuando ella estuvo segura de que el violador se había marchado, salió como pudo del descampado y corrió hasta su casa para pedir ayuda. Después, así como estaba, la chica fue acompañada por su madre a la policía para radicar la denuncia.