Presentaba al menos un corte en la cabeza con fractura cráneo. El rostro lo tenía desfigurado por los golpes. Y su cuerpo estaba desnudo, tirado cerca de su cama y con evidentes rastros de un ataque sexual. Así encontraron ayer a media mañana a una mujer pensionada de 64 años que vivía sola y que fue ultrajada sexualmente y asesinada a golpes dentro de su casa en Desamparados en horas de la madrugada. La brutalidad del ataque hace sospechar que pudo ser una venganza por un préstamo, aunque no descartan el robo.

Un vecina escuchó ruidos ayer a las 5 en esa casa de Santa María de Oro al 329 del Bº Patricias Sanjuaninas, en Desamparados, Capital. Llamó al 911, pero nadie la atendió y no insistió más. Horas después, como a las 10.30, Luis Cardozo llegó a esa vivienda para visitar a su hermana Marta Griselda Cardozo (64) y se encontró con un cuadro espeluznante. La mujer yacía sin vida, desnuda y con sangre en la cabeza, en el piso de su dormitorio.

El caso movilizó a toda la Policía. Hasta el juez de instrucción Benito Correa junto a su secretario, Martín Heredia Zaldo, llegaron para inspeccionar la escena. El vidrio de una ventana estaba roto. Según la Policía, lo rompieron con un ladrillo para entrar por ahí. Estiman que Marta Cardozo dormía cuando entraron. Su camisón estaba rasgado, como que se lo arrancaron. La autopsia reveló que recibió una feroz paliza. Tenía golpes en la cara, un corte en la cabeza y una fractura de cráneo, además de quebraduras de algunas costillas, según fuentes del caso. Llamó la atención el grado de perversión sexual: la víctima presentaba lesiones anales y vaginales. Creen que le introdujeron un palo o una botella. En la habitación hallaron una botella de sidra rota.

El ataque tan demencial refuerza la idea de que pudo ser una venganza. La víctima tendría una deuda de dinero, dijeron. También investigan a sus familiares y allegados, pues los investigadores establecieron que su sobrino está preso por robo agravado. Tampoco descartan el móvil del robo, dado que todo estaba revuelto en la vivienda y faltaban al menos un televisor. De todas maneras, el gran interrogante es por qué actuaron de una forma tan salvaje.