Amelia González tenía 80 años y había vendido una vivienda hace menos de un mes. Con esa plata no pudo comprar otra, pero sí consiguió que le alquilaran barato un departamento.

El miércoles pasado, Amelia llegó a su casa en Rolland 1566, en Villa Tessei, Hurlingham. La había dejado Manuel, su pareja, quien luego la encontró sin vida en la vivienda.

Cuando Manuel volvió la puerta estaba abierta y Amelia sobre el piso de su cuarto, inconsciente.

Murió el sábado 21 en la clínica Sagrado Corazón.

Según le dijo Ana, hija de Amelia, al diario Crónica, a su mamá le reventaron la cabeza y la mano derecha a golpes.

Los delincuentes sólo se llevaron un celular.