Un electricista de 62 años fue condenado ayer a 22 años de cárcel por cometer aberrantes delitos contra su familia: abusó de su hija desde que tuvo 7 años, la embarazó y en una ocasión intentó ahorcar con una bufanda al niño que tuvo de esos ultrajes. Contra su propia mujer también cometió abusos sexuales, incluso delante de algunos de los 11 de los 13 hijos (dos murieron) que tuvieron, aunque lo más grave fue el intento por matarla con insecticida (Raid) la noche del 24 de julio de 2012 en su casa de Santa Lucía.

Cuando la mujer se repuso de la intoxicación y regresó, el sujeto volvió a increparla e intentó agredirla pero no pudo porque se interpusieron sus hijos. Y justamente por esa defensa, a uno de ellos, de 17 años, lo atacó por la espalda con un martillo sin causarle lesiones graves, de milagro. La semana pasada, como anticipó este diario, confesó esos delitos en un juicio abreviado, y ayer los jueces Silvia Peña Sansó de Ruiz, Raúl José Iglesias y Juan Carlos Caballero Vidal (22) impusieron la misma pena propuesta por las partes.