‘De acuerdo a las entrevistas realizadas se denota una inmadurez psicosexual en desarrollo (…), es decir que las vivencias traumáticas de índole sexual, superan la capacidad de la joven para comprender la situación que relata’. Esa conclusión de una psicóloga, sumada a otros indicadores detectados en esa joven de 36 años con retraso madurativo (angustia, depresión, vergüenza), fueron claves para echar por tierra el argumento opuesto del acusado de violarla y embarazarla (la gestación se interrumpió con 13 semanas y media). José Omar ‘Tufí’ López (55 años, albañil) pretendió presentar a la víctima como una mujer totalmente desenvuelta, que lo buscaba, incluso en una obra en la que él trabaja, hasta que una siesta lo sorprendió a los besos y abrazos cuando dormía, para entregarse a él con total ‘consentimiento’.
‘Todo eso que me pasó a mi ¿no es mi culpa, cierto? (…) Tengo vergüenza de salir’, le escuchó decir la misma psicóloga que la entrevistó, luego de que el caso fuera denunciado por una hermana de la víctima, el 8 de enero pasado.
El caso se había judicializado porque esa hermana, que legalmente está a cargo de la víctima, había detectado que no menstruaba. Para sacarse las dudas le hizo un test, que dio positivo. También le realizó un análisis de sangre particular y otro en el hospital Rawson, que confirmaron la sospecha de un embarazo, lo mismo que una ecografía.
El problema surgió cuando le pidieron que diga quién había abusado de ella. Por miedo a la reacción de su familia, principalmente la de su papá, la joven no lo mencionó.
Pero ante la psicólogas del Anivi no dudó en apuntar al ‘Tufí’ como el sujeto que la sorprendió una mañana que ella volvía de hacer compras, la llevó sin que ella quisiera hasta su casa, la metió en una habitación y, amenazas mediante, la violó.
Luego de que se le practicara un aborto, un juez ordenó extraer muestras para cotejarlas en un estudio de ADN con el perfil genético del sospechoso. Y esa prueba fue categórica sobre el índice de paternidad de López.
Por eso fue que, al llegar a juicio, el albañil decidió a través de su defensor oficial, Carlos Reiloba, que lo más conveniente era evitar un juicio ordinario y celebrar un proceso abreviado con la fiscal Marcela Torres, a cambio de una rebaja de pena.
En ese pacto, López acepta recibir 10 años de cárcel por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Ahora, será el juez Miguel Dávila Saffe (Sala I, Cámara Penal) quien decidirá si acepta el acuerdo y aplica la misma pena o una menor.