Algunos fueron a traer sus tachos de lata y plástico. Hubo quienes cargaron en bidones, en botellas vacías, en un balde y hasta un camionero bajó su termo. Dos mujeres incluso aparecieron con una olla y otros con sus viejos tuppers. Cualquier cosa sirvió para llevarse al menos un poco de esos 21.000 litros de vino que ayer al mediodía se derramaron en la ruta 40, en Rawson, tras el vuelco de un tanque cisterna que se desprendió de un camión que venía de Mendoza.
El Mercedes Benz, guiado por Pedro Jofré, traía desde Maipú esa carga de vino tinto básico de la firma Fecovita con destino a la bodega Resero de Albardón, informó la policía. Al pasar el puente de calle Progreso, se rompió la base donde iba enganchada la lanza y el acoplado quedó a la deriva. De milagro, el tanque no embistió a otro rodado, pero se estrelló contra el guardarrail y terminó dado vuelta a un costado del otro carril. Fue ahí que empezó a derramarse el vino por algunas de las bocas del tanque y los curiosos no desaprovecharon la oportunidad. Los bomberos de Rawson, que habían ido a limpiar el lugar, y los otros policías no pudieron hacer nada. Niños, jóvenes y adultos, de cualquier sexo, corrieron a buscar lo que sea para acarrear algo de vino en medio de los empujones, mientras un perro se revolcaba en ese río tinto. ‘Esto es incontrolable, no podemos hacer nada. Además, ese vino ya no nos sirve’, dijo resignado Patricio Zaina, directivo de Fecovita.
