Roberto Díaz (27) le dijo a la policía que recordaba haber visto un bulto blanco en la calle, aparecido de la nada en medio de la oscuridad. Según fuentes policiales, amigos y conocidos de las víctimas, Lucas Oro (31) fue más preciso en la descripción de ese sorpresivo obstáculo: lo que surgió de repente en el camino de su entrañable amigo Mario Castro (30), fue el conductor de una moto que viajaba sin ninguna luz y lo obligó a volantear. El resultado de la maniobra para esquivar a ese supuesto conductor, fue un desastre trágico: el conductor giró bruscamente hacia su derecha, mordió la estrecha banquina cubierta de yuyos y dio al menos cuatro tumbos entre un profundo canal sin agua y un alambrado de púas de una finca, al que terminó arrancándole unos 30 metros de palos y hebras. Cuando el Renault 19 quedó ruedas para arriba, sólo los acompañantes del chofer podían contarla, porque sólo habían sufrido golpes y lesiones menores, dijeron fuentes policiales. Castro, quedó aprisionado por sus piernas entre los hierros de su propio auto, sin ninguna reacción a causa de por lo menos un golpe que destrozó su cabeza. Y fue necesario el trabajo de bomberos para poder sacar el cuerpo del vehículo.

Todo pasó en los primeros minutos de ayer en calle 11, unos 3 km al Este del cruce con Alfonso XIII (entre los callejones Mariano y López y Planes), en Médano de Oro, Rawson, un tramo con banquinas pequeñas repletas de yuyos, donde la calle es estrecha, ondulada por el continuo trajinar de pesados camiones cargados con viajes internos en esta provincia y también por choferes foráneos, que eligen esa vía para conectar Mendoza con provincias del Este y viceversa. Un tramo, también, donde la oscuridad es total porque no hay iluminación artificial.

Los tres amigos habían estado reunidos en la casa de Castro en el barrio Río Negro, en Pocito. Y a la hora del siniestro viajaban en el auto de la víctima hacia 25 de Mayo a dejarlo a Díaz: este joven se crió e hizo amigos en Pocito, pero se había trasladado a la zona de 25 de Mayo a vivir con su familia. Igual, siempre volvía, como el fin de semana, a ver a sus amigos y a jugar al fútbol en el Club Río Negro, donde Castro también supo destacarse como futbolista en el mediocampo, según su hermano Marcelo.

Mario Castro, era el menor de los numerosos hijos que tuvieron sus padres, albañil de oficio, alguien respetado y reconocido como "muy trabajador", según sus amigos y conocidos.

Policías de la subcomisaría de Médano de Oro estaban convencidos ayer de que Castro viajaba sin llevar puesto su cinturón de seguridad, y creían también que circulaba a elevada velocidad por la cantidad de tumbos y el tramo que recorrió el vehículo fuera de control.

También intentaban determinar el aspecto más complicado de la investigación: la presencia del supuesto conductor de una moto que luego del siniestro desapareció de la escena.