Alivio. El bombero Mario Rivero dijo que "la pasó mal" estos días.

El juez de Flagrancia Carlos Lima absolvió al bombero Mario Alejandro "Pipi" Rivero (35), al considerar que no quedó probado que intentó sustraer una etapa de potencia, un gorro de lana y una gorra de un Fiat 147 que estaba secuestrado en la comisaría 12da de Valle Fértil. "Tengo la certeza de que Rivero no cometió un delito", dijo ayer el magistrado en su sentencia, ante la mirada aprobatoria del defensor Fernando Echegaray, quien ayer coincidió cuando Rivero dijo a este diario que "lo importante es que se supo la verdad".

El que no quedó conforme fue el fiscal Iván Grassi, quien adelantó que "probablemente" recurra el fallo, pues entiende que el bombero debió ser condenado por el delito de tentativa de hurto. En los alegatos había solicitado 3 meses de prisión en suspenso.

El que llevó a la Justicia a Rivero fue el jefe de la seccional 12da, el comisario Jorge Carrizo, supuestamente lo sorprendió cuando salía del auto con el botín, cerca de las 18,30 del pasado 10 de septiembre. Sin embargo, Rivero en su declaración explicó que en realidad se había acercado a las instalaciones de la seccional (el Cuartel donde trabaja queda en el mismo predio) "a pedir un HT (handy)", y que cuando salía encontró afuera del auto (estacionado en la playa) la etapa de potencia. Y que cuando la levantó para "dirigirse hacia el oficial para decirle lo que había encontrado", Carrizo justo llegó y no lo dejó darle explicaciones. También aludió a que el comisario Carrizo tuvo una malintención y que ya desde antes lo "hostigaba".

Para decidir el juez se basó en el testimonio del dueño del 147, Silvio Sosa (23), quien había dicho que la etapa estaba en el baúl y que era prácticamente imposible acceder a esa parte abriendo la puerta del conductor.

¿Y la huella del borcego de Rivero en la butaca del chofer? Dijo que probablemente abrió el auto para comprobar si ese aparato que halló en el suelo había sido sacado de allí.