Con el correr de las horas se conocieron nuevos detalles del confuso episodio que protagonizó una familia de apellido Salmuni y que tuvo lugar el domingo por la siesta en inmediaciones de Conector Sur y Arenales, en Capital.

Un joven de 22 años ingresó al Hospital Rawson con una herida de bala en el pecho. Lo hizo junto a dos tíos, quienes dijeron que el muchacho se habría querido quitar la vida, pero la esposa de uno de ellos negó esa versión.

La ayudante fiscal del caso, Agostina Pérez, dijo que durante las primeras investigaciones del caso caratulado como tentativa de homicidio, los protagonistas (los detenidos Juan Antonio Salmuni y Alberto Agustín Salmuni, como el herido, Cristian Nahir Salmuni) se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas y también drogas al momento del violento hecho.

“Ellos mismos dijeron que habitualmente se juntaban a tomar y a consumir estupefacientes”, reveló Pérez a radio Estación Claridad. La investigadora también contó que entre los tíos del joven herido no se acusaron entre sí y que siempre dijeron que Cristian Nahir Salmuni sacó el arma y se efectuó el disparo.

Debido a una serie de contradicciones en las versiones, la fiscal Agostina Ventimiglia le solicitó al juez de Garantías, Alberto Caballero, la detención y el secuestro del arma, del que aún se desconoce su procedencia.

Al allanar la vivienda ubicada en la zona de Conector Sur y Arenales, interrogaron a la esposa de uno de los detenidos, quien echó por tierra la versión del intento de suicidio y aseguró que el chico le tocó la cola mientras ella estaba durmiendo. Este hecho generó la furia de uno de los acusados, que en un forcejeo con el joven de 22 años se le habría “escapado” un disparo.

Posteriormente, una vez alojados en la Central de Policía, la fiscal a cargo ordenó una absorción atómica a los tíos para determinar si tenían restos de pólvora en sus manos. Para evitar que se laven las manos o adulteren las presuntas pruebas, les colocaron sobres de papel madera con precintos en sus miembros superiores.