Finalmente, el tribunal, por mayoría, declaró culpable y condenó a Luis Sebastián Piñones, aunque no por el delito más grave que impulsaba la fiscalía. Los jueces resolvieron una pena de ocho años y cuatro meses de cárcel  por los delitos de lesiones graves agravadas y por amenazas contra una sobrina de la víctima, dejando de lado la acusación de tentativa de homicidio triplemente agravado —por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por mediar violencia de género—. Los fundamentos del tribunal se conocerán el 12 de febrero.

Con esta nueva calificación legal, el albañil que le disparó por la espalda a su pareja zafó del intento de femicidio. La pena fue unificada con una anterior que tenía por un delito cometido en flagrancia, de cuatro meses. A su vez, el tribunal integrado por los jueces Mariano Carrera, Sergio López Martí y Verónica Chicón resolvieron mantenerle la prisión prevnetiva hasta que el fallo quede firme. 

El tribunal consideró que no había los elementos suficientes para encuadrar el caso en una tentativa de femicidio.

Tras la declaración de culpabilidad por un delito menor, el fiscal Leonardo Arancibia pidió una pena de 12 años de cárcel y una unificación con la condena anterior, mientras que la defensa de Piñones, encarnada por la defensora oficial Sandra Leveque, solicitó cuatro años de cárcel.

De acuerdo a la lectura que hicieron en fiscalía, la decisión del tribunal estuvo vinculada a un aspecto central del ataque: el disparo no impactó en la parte alta de la espalda, sino a la altura de los glúteos, donde la bala quedó alojada en el coxis. Aun así, el fiscal Leonardo Arancibia consideró que existieron elementos suficientes para sostener la tentativa de femicidio y confirmó que recurrirá la resolución.

Las últimas palabras

Antes de conocerse el fallo, Piñones hizo uso de su derecho a las últimas palabras. Fue breve: agradeció el trato recibido durante el juicio, cuestionó la acusación y volvió a insistir en su inocencia. “Las cosas no son como dijo el fiscal”, expresó ante el tribunal.

Piñones junto a la defensora oficial Sandra Leveque.

La estrategia de la defensa logró su objetivo principal: evitar la condena por tentativa de femicidio y encuadrar el hecho como lesiones. En contraposición, la fiscalía había solicitado 22 años de prisión.

Las posturas de las partes

Durante los alegatos, Arancibia y la fiscal ayudante Erica Funes (UFI CAVIG) sostuvieron que Piñones intentó matar a su pareja tras años de violencia, y remarcaron que el disparo fue efectuado por la espalda. También pidieron que se lo responsabilice por amenazas contra la sobrina de la víctima, quien intentó intervenir la noche del ataque.

El fiscal Leonardo Arancibia y la fiscal ayudante Erica Funes, de la UFI CAVIG.

La defensora oficial Sandra Leveque negó la existencia de amenazas y de un contexto de violencia de género. Si bien reconoció el vínculo entre Piñones y la víctima, sostuvo que su defendido actuó en defensa propia y cuestionó la construcción de la acusación fiscal.

El hecho

El ataque ocurrió el 3 de julio del año pasado, en una vivienda del barrio Conjunto 7, en Pocito. Según la causa, una discusión de pareja escaló en violencia: primero hubo una golpiza y luego un disparo por la espalda.

La mujer relató la brutalidad de esa noche: “Pasé tres o cuatro horas pidiéndole que se fuera de mi casa. Después de que me desfiguró la cara, no quería irse. Me decía que iba a llamar a la Policía y no se fue hasta que me disparó. Sentí que moría en sus manos”, contó.

Aseguró además que desconocía que Piñones tuviera un arma. “No lo supe hasta que me disparó. Fue terror esa noche. Me encerró en una pieza y me salvó mi hijo”, relató.

Ahora, con el fallo ya dictado, la fiscalía avanzará con la apelación, en un intento por revertir la calificación y endurecer la condena contra Piñones.