A fines de la semana pasada tomo estado público un hecho por demás aberrante. Un profesional que prestaba servicios en el Centro de Formación Félix Manifior de Gendarmería Nacional, destacamento Barreal, había oficializado la denuncia contra dos superiores por distintos casos de abusos tanto sexuales como de poder a los que fue sometido, de acuerdo la denuncia, entre el 2014 y el 2016. DIARIO DE CUYO habló con el denunciante, quien se encuentra en Buenos Aires tratando de encaminar su vida fuera de la fuerza.
René Bordón es odontólogo y llegó a Barreal en 2012. De acuerdo a su relato, el calvario comenzó dos años después, cuando hubo cambios de autoridades. “Lo que viví no fue un maltrato. Fue tortura”, comenta René, detallando cada episodio que aún lo llenan de bronca y le es inevitable caer en lágrimas. En sus recuerdos aún están vívidos aquellos momentos en que era golpeado o cuando era tocado de manera inapropiada por sus superiores.
Pero la pesadilla del odontólogo fue mucho más allá, cuando trató de ir contra quienes lo hostigaban, maltrataban y abusaban de él, ya que se topó con una estructura administrativa impermeable, quedando varios de sus intentos de denuncias solo en eso, intentos.
El logro, por mencionarlo de alguna manera, llegó en 2016. “Ellos me sacan de Barreal y me mandan a Buenos Aires. Tuve una entrevista con el Departamento de Género y Violencia Institucional. Me querían hacer pasar por drogadicto, alcohólico y que tenía delirios. Me hacen un certificado diagnosticando ‘Trastorno fugaz de la memoria’. Con ese certificado me pasan a situación pasiva. En el 2016 revertí la situación porque logré comprobar que entré sano a la institución y que no estaba ni loco ni nada eso, sino que tenía estrés post traumático, causado por ellos”, comenta.
En la resolución judicial se establece la inmediata reincorporación de Bordón a la fuerza con una licencia de dos años con goce de sueldo. Faltaban algunos meses para reincorporarse cuando se topó con otro obstáculo ejecutado por los mismos miembros de la fuerza. En una Junta Médica, en la cual no tuvo participación, el profesional fue clasificado como “inútil para todo servicio”, según indica la Resolución de Gendarmería publicada el 13 de octubre de 2017.
El estrés, la angustia y la desazón cobraron mayor protagonismo en la vida de René, quien se vio imposibilitado a conseguir un trabajo durante varios años, por la carga de la decisión de la Junta Médica de declararlo incapaz. “Me encontré de un día para el otro desprovisto de todo. Lugares a donde iba, clínicas a donde iba, me postulé en otros oficios, y no quedaba en ningún lado”, indica con el dolor aun en sus palabras.
Los obstáculos no solo se dieron dentro de Gendarmería, sino también en reparticiones del Estado que deberían haber protegido la integridad del odontólogo. Destaca que buscó amparo en el Ministerio de Seguridad y lo único que obtuvo fue hostigamiento y destrato. Incluso una voz del otro lado del teléfono llegó a indicarle que dejara de llamar, ya que no había ninguna solución ni acompañamiento para él.
Fuera de los episodios de violencia y abusos que padeció, Bordón pone el ojo crítico en lo que denuncia como manipulación de informes médicos por parte de sus superiores. Incluso no descarta que hayan buscado comprar o manipular a sus abogados para que los procedimientos no llegaran a buen puerto.
“Ellos están acostumbrados a ganarte por cansancio. Me pasaron tantas cosas que me quiebro porque tocaron cosas muy vulnerables. Es algo muy sádico lo que hacen ellos. En la mente de esas personas esto le genera placer, les da satisfacción. Te sacan de tu fuente laboral, de tus vínculos, te empujan a depresiones graves que muchas veces terminan en suicido. Es el manual de ellos y están acostumbrados a silenciar a las personas”, enfatiza Bordón.
Dentro de los pesares que le ha tocado atravesar durante la última década, Bordón destaca el estrés postraumático, anorexia nerviosa y pensamientos suicidas. Su entorno fue fundamental para evitar que su voluntad se quebrara y fue precisamente desde ese entorno donde salió el impulso para hablar.
“Ellos quieren por todas las vías que la causa no avance, que prescriba. Yo vengo hace tiempo intentando hablar y ellos se encargaron de blindarme muy bien. Como están acostumbrados a moverse y a intervenir en la Justicia, hay un montón de personas que se encuentran en la misma situación y no se animan a hablar, y alguien lo tenían que hacer. Soy una persona valiente que tiene las fortalezas que tiene por todo lo que pase. Me da vergüenza que se exponga lo sucedido, pero quizás hay personas que pasaron cosas peores o similares y no lo dicen. Son delitos graves y quiero que avance la causa, impulsarla”, finalizó.
El estado de la denuncia de Bordón contra dos superiores de Gendarmería Nacional
La denuncia realizada por el profesional en la Justicia Federal y en agosto de este año el juez Federico Millan Ursino admitió a Bordón como querellante. En ese contexto, ordenó abrir sumario por los delitos más graves del Código Penal, incluyendo: abuso sexual con acceso carnal, coacción agravada, encubrimiento agravado (artículo 277) y abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público.
Además, el juez dispuso medidas de protección para la víctima, estableciendo prohibición total de contacto, inhabilitación para dejar el país a los tres señalados en la denuncia (dos superiores y una psicóloga), la entrega de un botón antipático.
También se ordenó la obtención de documentos claves como legajos completos de los superiores denunciados y de la víctima; registros internos de denuncias o actuaciones desde 2013; historia clínica, informes psiquiátricos y documentación de la baja; y testimonios de todos los profesionales de la fuerza que intervinieron, parte de las pruebas fueron entregadas por la parte denunciante.

