‘Si, me le metí al baño y la agarré’, había reconocido Ramón Emiliano Herrera (25) el lunes pasado ante los jueces Federico Rodríguez, Eugenio Barbera y Juan Gabriel Meglioli. Esa confesión, había sido su respuesta a la pregunta del fiscal, Mariano Juárez Prieto (UFI ANIVI) sobre un hecho puntual: si había sometido sexualmente a la fuerza y a golpes, a una joven de 21 años con discapacidad (un retraso mental leve y sufre esquizofrenia paranoide), la tarde del 2 de enero pasado, cuando ella pretendía ducharse.
Hasta ese momento, el fiscal y su ayudante, Candelaria Pérez, iban por el máximo del delito que le imputan, 15 años de castigo, pero hoy, luego de escucharlo admitir su responsabilidad, el fiscal anticipó que, en la conclusión de sus alegatos (mañana) rebajará su pretensión a 7 años de cárcel.

La colaboración del acusado, que está preso desde el pasado 7 de abril, fue clave para que Fiscalía desistiera de buscar un castigo más alto, pues su confesión simplificó el trámite del juicio, ya que no fue necesario escuchar a otros 24 testigos previstos para esta semana.
Luego de escuchar al fiscal, el defensor de Herrera, Horacio Merino, calificó de ‘correcta’ su petición.
En contra del imputado, se contaba con pruebas como el informe de la médica que la revisó y le detectó lesiones, el relato de la joven (que siempre fue el mismo) y las conclusiones de los psicólogos sobre el hecho de que no mentía ni fabulaba, entre otras evidencias.
Inicialmente, Fiscalía le imputaba a Herrera la violación de esa joven a la que conocía, y también un hecho de abuso simple por haberla besado a la fuerza y el delito de desobediencia a una orden judicial, la que le impusieron porque el 19 de marzo pasado le prohibieron acercarse o molestar, pero ese día fue a amenazarla con no dejarla en paz y decirle que la iba a esperar a la salida del colegio al que concurre.
Hoy, el tribunal escuchará las últimas palabras del acusado y luego dará a conocer su veredicto.

