En casos muy puntuales, la ley permite que los conflictos entre la víctima y quien perpetró una maniobra delictiva en su contra, acuerden una salida sin que el caso llegue a juicio, con una eventual condena para el responsable y un posible perjuicio económico para el damnificado. Ese acuerdo, que debe contar con la venia de Fiscalía, se reserva para situaciones en las que se considera que solo hay intereses particulares en juego. Es lo que ocurrió en un trato de permuta de vehículos, en el que una de las partes entregó su auto en regla a cambio de una camioneta, que resultó tener pedido de secuestro por hurto en Mendoza.
Cuando la Policía se la secuestró, denunció el hecho y ahora el caso podrá concluir, porque el hombre que entregó esa camioneta con problemas llegó a una conciliación con el dueño del auto, que lo recuperó y, además, recibirá medio millón de pesos en cinco cuotas para saldar el conflicto.
La jueza Carolina Parra ya ratificó ese pacto entre Daniel Catalini, sospechoso de la estafa al entregar una Mitsubishi L200 con motor desarmado y problemas de chapa y pintura, a cambio del Ford Fiesta de Gerardo Baca. El acuerdo fue aprobado por el fiscal Duilio Ejarque (UFI de Delitos Informáticos y Estafas), quien habia iniciado la investigación, imputó el fraude a Catalini y pidió secuestrarle el auto, que ya lo había comerciado con el abogado que ahora lo defiende, Gustavo Vila, dijeron fuentes judiciales.
Fue necesario hacer algunas concesiones para llegar al acuerdo, porque Baca debió arreglarle el motor, la chapa y la pintura a la camioneta. De la otra parte, argumentaron que habían realizado gastos con la compra de cuatro cubiertas nuevas para el auto. Al final, Baca recuperó su auto y por el resto del dinero que invirtió en la camioneta, aceptó 500.000 pesos.
Si Catalini cumple con la conciliación, la causa penal en su contra se extinguirá y será sobreseído.