La amenaza de quedar preso ante una nueva caída por tener su primera condena por estafa, amenazas y falsificación de documento con la compraventa de autos, se potencia para el gitano Kevin Joven Castillo Palacio (34) por otras razones: las reglas de conducta que le impuso cumplir el magistrado durante dos años. A saber: fijar domicilio y no juntarse con otros delincuentes, no usar drogas ni abusar del consumo de alcohol.
Y, principalmente, ‘adoptar oficio o trabajo adecuado a su capacidad laboral, debiendo aportar la pertinente constancia. Hacer terapia psicológica con la correspondiente acreditación de su cumplimiento. Todo ello bajo apercibimiento de revocar la condicionalidad y disponer el efectivo cumplimiento de la condena’, consta en la sentencia del juez Miguel Dávila Saffe.
Para muchos en Tribunales, surgieron dudas sobre el efectivo cumplimiento de las dos reglas de conducta impuestas por el juez. Castillo dijo ser vendedor ambulante, pero todos saben que su fuerte es la compraventa de vehículos, que adquiere regularmente en La Rioja o Catamarca.
Además, a muchos de los investigadores no escapa el hecho de que no será sencillo para el imputado concurrir a un psicólogo, que acredite sus intenciones de modificar su comportamiento, hasta ahora ligado a maniobras ilegales.

