A las 7,30 del pasado 18 de setiembre, una mujer de apellido Benitez se presentó en la sede la UFI Genérica, en Tribunales, acompañada de un abogado de la Defensa Oficial, para averiguar por qué la habían citado. El mensaje que le enviaron por WhatsApp con un logo del Ministerio Público, contenía un número de legajo que aludía a una investigación por ‘tentativa de homicidio con amenazas’. Pero el primer chequeo de rigor en la Fiscalía, el número de expediente, empezó a causar desconcierto. Y enseguida sospechas, porque la supuesta secretaria que firmaba ese mensaje, Carla Salinas, no existe como funcionaria de ese organismo.
El número de teléfono desde que habían enviado el mensaje, fue clave para iniciar una investigación, porque lo encontraron también como contacto en el perfil de Facebook de Alejandro Rubén Olmos. Y entonces todas las piezas empezaron a encajar, porque los pesquisas de la UFI Genérica descubrieron que Olmos y la mujer (que finalmente lo denunció) se conocen desde hace 8 años y que él pretende una relación con ella y no es correspondido, dijeron fuentes judiciales.
En la investigación, hasta descubrieron otro escrito en el que Olmos se hace pasar por la coordinadora de esa Fiscalía, Daniela Pringles.
Lo que no cierra es porqué citó a la mujer a Tribunales, pero no descartan que haya sido para molestarla porque lo rechaza, aunque no sería la primera vez que lo hace.
El último jueves, Olmos fue detenido por orden del juez, Juan Manuel Sanz, a pedido del fiscal Francisco Pizarro, que hoy le imputó el delito de usurpación de autoridad.
De todos modos, el imputado quedó libre, aunque deberá cumplir reglas de conducta. A saber: no entorpecer la investigación, presentarse a la comisaría más cercana a su casa, no salir de la provincia ni el país sin autorización judicial y no molestar ni acercarse a la denunciante.
La investigación por ahora no parece sencilla, porque Olmos dijo que le robaron el teléfono que -se sospecha- utilizó para la maniobra.

