Cuando su primo tenía 7 años, lo envolvía en una suerte de canje, pues le proponía un juego en el que el niño tenía que cerrar los ojos y abrir la boca (así lo sometía a prácticas de sexo oral) a cambio de que él le prestara la computadora para los videojuegos. El joven recordó que eso pasó unas cinco veces, hasta que su pariente (por entonces de 16 años) subió el nivel de agresión y comenzó a violarlo, hasta que tuvo unos 11 años. Con su hermana, una chica con problemas de esquizofrenia, bipolaridad y epilepsia, perpetró ataques similares desde que ella tenía 7 años y hasta que cumplió 21. Cayó preso los primeros días de diciembre por la denuncia de su pariente y ayer, ante el juez Pablo León, reconoció haber cometido esas graves agresiones sexuales contra sus íntimos familiares.
El magistrado aplicó la pena que el imputado y su defensor, César Jofré, acordaron con el fiscal coordinador, Roberto Ginsberg, y la ayudante fiscal Yanina Marquez (UFI CAVIG): 8 años de prisión.
El condenado es un changarín de 31 años. Y así se convirtió en el segundo que recibe una pena de prisión efectiva por los ataques sexuales que dijo haber sufrido esa joven con su salud mental comprometida (aún está internada en un centro de salud) que convivía con su abuela. Justamente esa situación de convivencia, había sido lo que facilitó que la pareja de esa mujer, un pensionado de 70 años con problemas de salud (diabetes, hipertensión, trombosis) también abusara de esa joven.
Este segundo agresor de la misma chica se hizo conocido para los investigadores policiales y judiciales, cuando fue internada a causa de su salud mental. Entonces contó que su hermano abusaba de ella y también ese hombre al que llamaba ‘Tata’. Al momento de esa revelación, su hermano ya estaba preso. El mayor de los imputados también fue detenido, pero recuperó su libertad por sus problemas de salud.
El último lunes, admitió haber violado a esa joven y por medio de sus defensores, Alejandra Iragorre y Claudio Vera, acordó un juicio abreviado con el fiscal Ginsberg y recibió la pena pactada: 6 años de prisión, con la modalidad de cumplimiento domiciliario.

